La Resurrección

LA RESURRECCION

 

La resurrección de todos los muertos para el fin de los tiempos. Juan 11:24, es una doctrina enseñada en todas las páginas Sagradas, Las Escrituras trazan esta doctrina como básica dentro de la economía del plan de redención divina para la humanidad. I Corintios 15:2-4.

La resurrección de los muertos era una doctrina conocida de los antiguos creyentes. El apóstol Judas en el versículo 14 de su epístola, cita una profecía del profeta Enoc, respecto de la segunda venida de Cristo con sus santos millares. A través del Antiguo Testamento se hallan textos que la sugieren o la enseñan directamente. Isaías 26:19. Daniel 12:2. Oseas 6:2.

 1.- TODOS LOS MUERTOS RESUCITARAN. JUAN 5:25, 28,29.

Este principio respecto a La resurrección está enseñado con toda claridad por el mismo Señor Jesús. El enfatiza la espectacularidad y manera de esta resurrección.

a) Hay una hora determinada para este evento.

b) Ahora es. Esta frase significa que se realizará en presencia de esta misma raza y a la vista de todos. No pasará esta generación. Mateo 24:34. Esta frase quiere decir que no existirá otra raza antes que esto suceda. La generación de Adán la verá.

c) Los muertos oirán.

d) La voz divina. Esto es, no interviene en esta realización creadora otro, sino el mismo Hijo de Dios.

e) Los que oyeren vivirán. Esta palabra de Cristo está respaldada con el hecho de la resurrección de Lázaro. Juan 11:38-44. Si el Señor Jesús, estando en condición de humillación humana y no glorificada, teniendo alrededor suyo una gran multitud en el momento de realizar este portentoso milagro, y apremiado en su condición humana por la expectativa de su cercana muerte expiatoria, pudo sin obstáculo alguno levantar de la muerte al que estaba sepultado desde hacía cuatro días, y en un Estado ya, de descomposición. ¿Cuánto más no podrá hacer en su esplendor y gloria? También viene a reforzar este mismo hecho la resurrección de muchos cuerpos de santos el día y hora en que Cristo murió. Mateo 27:52.

2.- LA RESURRECCION DE  LOS MUERTOS ES OBLIGATORIA Y NO OPTATIVA

Sí bien es cierto que dentro del plan de redención la aceptación, el rechazo o proclamación de la salvación para los seres humanos no es obligatoria sino más bien optativa, Sin embargo la resurrección no admite el ejercicio de la voluntad en los que resucitan.

La obligatoriedad de la resurrección incluye a salvados y perdidos igualmente. La ley e imperio de la vida y la resurrección obedecen al mismo principio de la ley de la mortalidad. Si nadie pudo decir no, a la muerte, tampoco podrá negarse a resucitar en el momento en que su Señor y Dios le llamen desde lo alto. I Tesalonicenses 4:16.

Todas las resurrecciones de los muertos que Cristo obró en su ministerio terrenal, y a la hora cuando moría en la cruz no se produjeron a pedido de ser humano alguno, Allí no medio ni la voluntad ni la oración de los deudos, sino más bien fue un acto espontaneo y soberano que era necesario para la consumación del ministerio salvador de Cristo.

Las Sagradas Escrituras no enseñan que la resurrección de los muertos se realizara a pedido de los salvados que ya están con su Señor, ni de aquellos que han muerto perdidos y que esperan el juicio de Dios, Los salvados resucitarán no en respuesta de sus oraciones, sino, obedeciendo a un acto de la soberanía y poder de Dios. Igualmente los perdidos, no resucitaran porque ellos lo deseen o que la oración dolorosa desde los antros del infierno les otorgue tal derecho.

La única oración que se menciona de los salvados desde el más lejano cielo, es pidiendo a Dios ejecutar juicio y castigo sobre aquellos que oprimen sin derecho y sin temor a Dios, a los redimidos en la tierra. Apocalipsis 6:10. De la misma manera la única oración de un perdido que nos hace llegar el Señor desde las llamas del infierno, no es precisamente diciendo ser resucitado, sino pidiendo alivio aunque fuera en el más mínimo grado. Lucas 16:24.

3.LA RESURRECCION ES OBRA DE CRISTO

La resurrección de los muertos es derecho legítimo de Cristo; por las siguientes razones:

a) La humanidad le pertenece. Colosenses 1:16.

b) Él se identificó con la raza humana. Juan 1:14.

c) Él la redimió para sí mismo. Juan 14:3.

d) Probó con su propia resurrección que es capaz de hacerlo en favor de los suyos. I Corintios 15:20,23, y para castigar toda injusticia de los impíos. II Pedro 2:9.

e) Él es el juez de toda la tierra. Génesis 18:25. Juan 5:22,27.

f) El con su resurrección, venció definitivamente a la muerte. I Corintios 15:55. II Timoteo 1:10.

g) El con su obra redentora erradicó, alejó y aniquiló el pecado para siempre. Romanos 6:6. h) El con su vida de humillación en la tierra y su virtud redentora venció a satanás desterrando para siempre al que tenía señorío en las tinieblas del universo sin Dios, Romanos 6:14.

4.- PROPOSITOS DE CRISTO EN LA RESURRECCION DE LOS MUERTOS

Cristo al resucitar a los muertos se propone:

a) Exhibir la justicia divina ante los hombres y ante el universo todo. Romanos 3:26.

b) Sacar a luz la inmortalidad. I Corintios 15:52,53.

c) Exponer ante la creación la Majestad y grandeza de Dios. Salmo 46:10. Tito 2:13. Judas

d) Dar a conocer los misterios escondidos en su voluntad y propósitos divinos. Efesios 1:9. 6:19.

e) Dar a conocer lo maravilloso del plan de redención en Cristo. Apocalipsis 15:3.

f) Dará a conocer la perfección del universo material por la redención de Cristo. Romanos 8:21.

g) Exhibirá a los redimidos perfectos e invulnerables en su propio poder. Hebreos 12:23.

h) Reunirá para entregar a su Padre todas las cosas perfeccionadas por su obra redentora en la cruz,

I Corintios 15:24.

i) Exhibirá su propio triunfo redentor en los redimidos. II Corintios 2:14.

j) Mostrará la abundante glorificación que resultará de su obra redentora en todas las cosas redimidas. Apocalipsis       5:9-14.

Cristo exhibirá su propia gloria de resurrección, y los resultados obtenidos para el universo físico y para la humanidad en general, La supereminente grandeza de su poder que estuvo obrando en todo tiempo en los fieles de todos los siglos, Efesios 1:3.

Cristo al resucitar a los muertos exhibirá además:

a) La perfecta justicia divina en su propósito de redención. Isaías 58:8.

b) La predestinación para salvación no admite injusticia alguna. I Timoteo 2:4. Esto será para conocimiento de amigos y enemigos, después de la resurrección de todos, y salvados y perdidos le glorificarán reconociendo su grandeza salvadora.

c) Dará a conocer el alcance del vasto plan de redención divina y su transcendencia eterna. La redención abarca toda la historia de la humanidad a contar desde la aparición del primer hombre sobre la tierra, vale decir desde Adán en adelante. Hechos 2:23,24.

Cristo con la resurrección de los muertos dará a conocer el costo real del plan redentivo llevado a cabo por Cristo en la tierra en favor de toda la creación, teniendo como objetivo al hombre hecho a la imagen y semejanza de su Creador, Salmo 49:7,8.

Cristo con la resurrección de los muertos dará a conocer todos en orden, los distintos programas, propósitos y pactos hechos con la creación, teniendo como centro y objetivos de todos ellos al hombre y la propia glorificación de Dios. Efesios 3:10,11.

La resurrección de los muertos es el  clímax de su obra redentora, Sin la resurrección de los muertos su obra está inconclusa, Cristo ha realizado su obra redentora por etapas. La primera etapa la constituye su programación; su despojamiento de sí mismo. Filipenses 2:6,7. Su descenso a la tierra, Efesios 4:10. Su encarnación e identificación con la raza humana. Juan 1:14. Su ministerio terrenal como profeta de Israel. Mateo 27:11. Su muerte en la cruz. Filipense 2:8, Su resurrección, Hechos 4:33. Su ascenso a los cielos, Hechos 1:11. Su intercesión sacerdotal en favor de los suyos. Romanos 8:34. Hebreos 7:25. Su segunda venida para levantar a su pueblo redimido de la faz de la tierra y llevarlo a  trono provisorio en las nubes del cielo. I Tesalonicenses 4:16,17.  Finalmente procederá a juzgar y premiar a sus fieles. II Corintios  5:10.

OIRAN LA VOZ DE CRISTO

Por la acción directa de la voz de Cristo en su segunda venida, Se levantarán los muertos salvados. Juan 5:28.  Debemos de entender bien que se levantan los cuerpos de los muertos salvados, I Tesalonicenses 4:16. Los salvados mismos vienen en la segunda venida con su Señor hasta donde Cristo establece su trono provisorio en las nubes del cielo, y reciben de Él sus cuerpos y los premios para ellos destinados conforme al plan de redención trazado desde antes de la fundación del mundo.

Cristo desde las nubes emite la voz de mando, y el Espíritu Santo hace revivir los cuerpos sepultados en distintos puntos de la superficie de la tierra y los ángeles realizan el traslado de ellos a las alturas. Esto será un portentoso y maravilloso espectáculo y acontecer de creación en la tierra y que deslumbrará hasta iluminar cuál relámpago de oriente a occidente.

Este es un portento de creación. En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, el Espíritu Santo creará millones y millones de cuerpos, glorificados, resplandecientes y sin pecado para los fieles en una sola acción. I Corintios 15:52.

El acto creativo en la resurrección es más portentoso que en Génesis capítulo 1, cuando Dios creó a Adán. Cuando Dios creó a Adán, fue un solo ser el que creó, pero en la resurrección de los muertos serán millones en un instante o más claramente hablando en una fracción de segundo aparecerán los redimidos para cubrir el cielo e irradiarán luz iluminando cual fulgente relámpago de oriente a occidente. Mateo 24:27.

ES OBRA DEL ESPIRITU SANTO

La revivificación de los cuerpos de los santos la realizará el Espíritu Santo. Esta enseñanza se desprende de las palabras registradas en Romanos 8:11.

Según romanos  8:11,  la resurrección de los salvados estará sujeta a los siguientes principios básicos:

a) La resurrección de todos los muertos salvados la realizará el Espíritu Santo.

b) Deja constancia que se trata del mismo Espíritu que resucitó a Jesucristo de los muertos.

c) Enseña, además que resucitará a aquellos en quienes tuvo morada en la vida terrenal. Esto se desprende de la frase: “Y si el Espíritu que levantó de los muertos a Cristo Jesús mora en vosotros… vivificará también vuestros cuerpos mortales”.

Esta obra corresponde a operaciones del Espíritu Santo. Como sabemos; el  Espíritu obra de cuatro maneras diversas en la vida y salvación de los hombres sobre la tierra. I Corintios 12:6,11.

Esta es la última intervención del Espíritu Santo en la vida de los hombres. El Espíritu Santo mismo, después de haber realizado la resurrección de los redimidos, se retira de la tierra porque ha cumplido su ministerio terrenal en favor de la humanidad para redimirla. II Tesalonicenses 2:7.

La obra del Espíritu Santo en los corazones de los hombres para redimirlos se extiende a través de toda la historia de la humanidad. La obra del Espíritu Santo en la vida de los hombres consiste en redargüir los pensamientos y la conciencia. Trayendo un despertar al cumplimiento de sus deberes para con su Dios. Juan 16:8,

El ministerio del Espíritu Santo sobre la tierra se puede señalar sobre los siguientes hechos:

a) Llama a los hombres instándoles a regresar a Dios. Isaías 55:7.

b) Contiende con ellos en varias maneras para librarlos del enemigo, satanás. Isaías 63:10.

c) Contiende con ellos sujetándolos cerca de Dios para bien eterno. Salmo 32:8,9.

d) Alumbra la mente oscurecida de ellos para que vean a Dios y el peligro de condenación eterna en que se hallan.

IICorintios 4:6.

e) El Espíritu Santo toca profunda y repetidas veces en la conciencia para hacer sentir al pecador su estado de                   culpabilidad delante de Dios. Romanos 9:1.

f) El Espíritu Santo trae al hombre pecador a los pies de Cristo para recibirle como su único salvador, Romanos 14:11.

g) El Espíritu Santo realiza el gran milagro del nuevo nacimiento en el corazón de los creyentes que reciben a Cristo        como su Salvador personal y todo suficiente. Juan 3:3, 5,8.

h) Así mismo el Espíritu Santo los santifica. II Tesalonicenses 2:13.

i) El Espíritu Santo los pastorea, Isaías 63:14.

j) El Espíritu Santo los guía a toda verdad y justicia. Juan 16:13.

k) El Espíritu Santo los perfecciona en frutos y dones para un trabajo específico y eficaz en favor de la                                   evangelización. I Corintios 12: 7-10. Gálatas 5:22,23.

El Espíritu Santo guía a los fieles en toda la peregrinación terrenal y los acompaña hasta el momento mismo de salir de la vida terrenal y entrar a las moradas eternas. Salmo 48:14.

Finalmente el Espíritu Santo los resucita, glorifica y perfecciona. La resurrección, glorificación y perfeccionamiento es absoluta y eterna. Esta perfección convierte a los redimidos en criaturas no solamente exentas de pecar sino en seres invulnerables al pecado e imposibilitados para volver a caer. Filipenses 1:6.

La resurrección de los muertos constituye el triunfo personal de Cristo, sobre la muerte, sobre el pecado, sobre satanás y por sobre todas las cosas, logra para la deidad, la más alta, fuerte y cabal glorificación. Isaías 25:8.       Oseas 13:14,

La victoria de Cristo arranca atronadoras y espontáneas alabanzas de las multitudes incontables de redimidos, de los ángeles y del universo y la creación toda al grado que hace estremecerse el firmamento. Apocalipsis 5:9-14; 19:6-8.

Con la resurrección de los muertos, Cristo, saca a luz la virtud y gloria de la cruz en la cual El fue inmolado. Pone del todo a la vista la gran sabiduría de Dios y su gran poder tornando en sublime lo que fue humillación y vergüenza, esto es el sacrificio de Cristo en la cruz. I Corintios 1:17,18. Gálatas 6:14. Hebreos 12:2. Todo el panorama que hasta ahora pareciera oscuro, ininteligible y absurda para muchos será puesto a la luz y con una capacidad normal de entender las cosas, todos los hombres entenderán las cosas respecto del plan de salvación exactamente y de tal manera que aún los enemigos de Dios le darán  honra y gloria. Salmo 22:27.  I Corintios 13:10,12.

Como se estremeció la creación a la hora de la muerte de Cristo, de horror y de expectación latente, así también se conmoverá esta vez, no solamente la tierra sino también el cielo y las estrellas. Mateo 27:51. Hebreos 12:26.

Con la resurrección de los muertos salvados, Cristo realiza sus más caras aspiraciones, las cuales son las de perfeccionar a su pueblo, la iglesia, quien honrará eternamente su magnífica obra terrenal. I Pedro 5:10.

ES OBRA DE CREACION

Si hemos de catalogar el carácter de esta obra de resurrección, ella corresponde a operaciones del Espíritu Santo.       I Corintios 12:6. El Espíritu Santo en el nombre de Cristo, la segunda persona de la Trinidad, el Autor material de la redención y dueño de la iglesia, resucitará a los redimidos. Hebreos 2:10. ; 5:9.

En este acto de creación, El Espíritu Santo deberá repetir lo que hizo en Génesis capitulo uno. En la resurrección deberá reunir toda la materia prima, el mismo diseño, la misma obra de ingeniería y la anotomía deberá guardar la imagen del primer Adán y la perfección del segundo, esto es, de Cristo. I Corintios 15:49.

En la resurrección, los componentes químicos  del cuerpo humano serán los mismos, pero la capacidad biofísica será inmortalizada. Es decir, que el cuerpo físico será el mismo, pero la vida del cuerpo humano será inmortal como lo es el ser mismo del hombre. Así entonces el espíritu y el cuerpo del hombre será inmortal eternamente en el cielo o en el infierno.  I Corintios 15:54.

En la resurrección el cuerpo de los hombres será cuerpo vivificado en corrupción para los perdidos, Gálatas 6:8, y en incorrupción para los salvados, I Corintios 15:42. Esto significa que el cuerpo de los  perdidos, aunque sea inmortal es corrupto y aunque es corrupto es inmortal igualmente. I Corintios 15:50.

Tanto los salvados como los perdidos  recuperan su cuerpo original en la resurrección, esto es, en la primera y en la segunda resurrección, lo muertos recuperan su cuerpo de carne y huesos con que vivieron aquí en la tierra. Romanos 8:11. Filipenses  3:21.

El cuerpo de los perdidos y de los salvados conservará la sensibilidad propia de un cuerpo viviente. Los perdidos percibirán el efecto del fuego que arde en azufre, tal como lo pudieron conocer, en el mismo grado y efecto sobre el cuerpo físico aquí en la tierra. Lucas 16:24.

La enseñanza de Cristo, la voz más autorizada, sobre el lugar donde van a pasar la eternidad los perdidos es muy clara. No admiten dudas las enseñanzas del Maestro acerca de este tema. Ninguna voz es más autorizada y ninguna enseñanza es más clara y precisa acerca de los perdidos.

Podemos resumir las enseñanzas de la palabra de Dios acerca de este asunto de la siguiente manera:

a) Los perdidos resucitarán invariablemente a vida como vivieron antes de la muerte.

b) Los perdidos vivirán inmortalizados para siempre.

c) Los perdidos se levantarán y en plena lucidez mental entenderán exactamente su propia situación con relación a Dios.

d) Entenderán los perdidos la importancia de haber vivido sobre la tierra y lo grande de su desdicha. Lucas 16:28.

e) Los perdidos usarán de su memoria para reconocer e identificar a las personas una por una. Lucas 16:23.

f) Los perdidos estarán alejados de Dios y de los salvados. Lucas 16:26.

g) Los perdidos vivirán en las tinieblas terroríficas en las profundidades del espacio. Job 12:22.

h) Los perdidos sentirán los efectos quemantes de las llamas del infierno sobre su cuerpo. Lucas 16:24.

i) Sufrirán los pedidos la aflicción y tormento de su propia conciencia eternamente sin poderse librar ni un instante.

j) No habrá alivio posible de los tormentos.

NADA SE EXTINGUE

Este principio científico establecido por los hombres de ciencia y la antigua filosofía del saber humano, queda en pie ante los principios  del saber bíblico,

Este principio científico comprueba la inmortalidad física de los perdidos. La materia no se extingue, sólo se transforma, La materia tiene su origen en Dios, por lo tanto es perpetua, cambia su estructura y su naturaleza pero no deja de ser ahora ni después. La materia físico-tangible fue creada y estructurada de naturaleza perecible y precaria, pero en la resurrección se transforma en inmortal y no perecedera.

Esto permite una resurrección de seres normales en el sentido más completo del término. Normales en el sentido de seres normales, que aunque pecadores son perfectamente normales en alma y cuerpo. Físicamente y espiritualmente ellos se levantan a una vida normal. Vale decir, se levantan como pecadores normales en su alma y cuerpo igualmente.

En la resurrección no se levantarán seres monstruosos, deformados, idiotas ni adormecidos racionales o intelectualmente. De la misma manera los que aquí en ésta vida vivieron y resucitaran seres normales como los demás.

Este principio satisface más plenamente la razón y está permanentemente más conforme a la Palabra de Dios. Si el castigo y condenación de las almas impenitente es eterno, es lógico el principio de la eternidad de la existencia, por lo tanto, deberá ser eterno el cuerpo y alma de los perdidos. Deberá ser además, normal el estado síquico y físico de los seres castigados por la justicia divina. No sería justo castigar a seres que no posean una personalidad bien equilibrada. Sería inmoral aplicar castigo tan severo, como lo es el castigo que les espera a los perdidos, si su estado mental es anormal y tampoco se podría aplicar castigo físico alguno si su cuerpo no está, apto para recibirlo y sufrirlo. Por lo tanto estaría fuera de lugar dictar sentencia de castigo eterno a seres de existencia limitada y que se extinguen en el tiempo.

La parábola de Lucas 16:-19-31, no es ficticia sino real. Cristo introduce varias enseñanzas acerca del destino de las almas después de ésta vida. Con la parábola del rico y Lázaro, Cristo descorre el velo de ultratumba y nos deja ver una escena dramática e inquietante, un drama conmovedor que pone de manifiesto la verdadera situación en que se halla el perdido después de la muerte:

1) Los perdidos resucitarán con el mismo cuerpo con que vivieron en la tierra.

2) Los perdidos van a un lugar de tormentos.

3) El tormento en que viven es de fuego.

4) El fuego tiene acción sobre su cuerpo de carne.

5) El fuego les quema pero no los extermina físicamente.

6) Los tormentos que les envuelven son normales en un cuerpo de carne y huesos.

7) Los síntomas, la desesperación y el sentimiento de vergüenza les atormentará aún más.

8) La desesperanza es otro tormento al saber que jamás saldrán de allí. Todo esto nos dice que los perdidos en el infierno son seres normales. Esta enseñanza está asentada en el Antiguo Testamento. Isaías 66:24.

El rico en el infierno pudo reconocer a  Lázaro y aun a Abraham, el antiguo patriarca a quien él nunca había visto y sin embargo supo por intuición y por el conocimiento de las Escrituras del Antiguo Testamento.

El rico en el infierno hizo uso de su capacidad visual. La distancia que lo separaba del lugar de reposo de los fieles en el seno de Abraham era mucha, sin embargo no fue impedimento para que él ubicara e identificara a estos dos personajes.

El rico en el infierno hizo uso de su capacidad moral. Él sabía y reconocía su culpabilidad delante de Dios, como pecador. Se sintió culpable delante de Dios, y quería hallar algún consuelo, pero no estaba pidiendo para el nada.

El rico en el infierno no estaba pidiendo perdón de sus pecados y sólo se limitó a rogar por otros. Para él pidió solamente algún alivio a su angustiosa condición de tormento en las llamas del infierno. Tenía conocimiento que después de la muerte no hay ninguna y

Absolutamente ninguna esperanza de salvación. Su suerte estaba sellada a perpetuidad.

El rico en el infierno hizo uso de su capacidad de misericordia y ayuda a los perdidos de la tierra cuando pidió para sus cinco hermanos un misionero de ultratumba.

El rico en el infierno manifestó verdadera sumisión a las cosas y decretos divinos.  Se sometió, acató y aceptó el dictamen divino acerca de su destino eterno. Allí  rogó con verdadera humildad y modestia. No discutió sobre ningún punto de teología ni tampoco sobre su propia justicia. Tampoco el rico discutió sobre puntos de doctrina o teología

práctica acerca de la conducta personal.

El rico en el infierno hizo uso de una poderosa capacidad de raciocinio y un despliegue admirable de inteligencia práctica. Cuando vio a Lázaro y el lugar en que éste vivía:

1) Lamentó su propia situación y su fracaso y luego se dio cuenta que éste estado de felicidad de Lázaro era definitivamente eterno.

2) Entendió que éste estado en que se encontraba Lázaro estaba capacitado para cruzar el espacio y llegar hasta él para ayudarlo.

3) Se dio cuenta además, que Lázaro no había perdido su buen corazón y compasión a los perdidos.

4) Entendió el rico, además, que ésta era su última posibilidad de obtener alguna ayuda de socorro.

Entendemos entonces por la parábola del rico y Lázaro que después de la muerte no hay idiotas ni irresponsables. Como éste hombre asumió su responsabilidad frente su destino, pero era demasiado tarde. Pidió ayuda por sus hermanos en la tierra, pero era demasiado tarde, Pidió ayuda para sus penas, pero le fue denegada la petición. Esta será la suerte de todos los perdidos, igualmente después de ésta vida.

Por la Palabra de Dios entendemos que los muertos en el más allá:

1) siguen viviendo y no dejan de ser.

2) su vivir es, consientes de sí mismos, conscientes  de la existencia de Dios y de la justicia divina en Cristo Jesús.

3) Los perdidos no andan sueltos vagando por el espacio ni tienen entrada a la tierra para andar entre los seres vivos acá en la tierra.

Los muertos perdidos están en el lugar de su condenación desde donde no pueden salir y están en una situación que no les permite obtener ni para ellos el menor a alivio de sus penas y mucho menos pueden a favor de otros conseguir nada de Dios. Esta enseñanza viene directamente de la boca de Cristo que es la voz más autorizada y digna de aceptar sin ningún lugar a dudas en lo que El enseña.

Es un vergonzoso error creer y confiar en los muertos, y que estos puedan a voluntad hacer algo en favor de los vivos. Es utópico pensar que los perdidos en el infierno puedan hacer algo en favor de los que están sobre la tierra, siendo que están perdidos y en el infierno. Luego es una aberración inconcebible que los muertos puedan ayudar a los vivos, esto está fuera de toda lógica.

Según la justicia divina, invariable en éste caso, ni los vivos pueden hacer nada por los muertos ni los muertos logran nada en favor de los vivos. Con la muerte queda sellado el destino de cada uno eternamente. Hebreos 9:27. Sólo esperan el juicio ante Dios. Apocalipsis 20:11.

Tampoco se puede aceptar como un hecho que lo muertos tengan acceso a esta tierra después de muertos. Este concepto o creencia no tiene base bíblica y por lo tanto es falso. Esta creencia acerca de los aparecidos de ultratumba no es más que una superstición. Lo que posiblemente la gente ve o siente que se aparece son espíritus demoniacos e invisibles que deambulan en la faz de la tierra.

Más absurdo es aún, el culto que a estas criaturas se les rinde y no solo es absurdo sino peligroso y dañino para la salud espiritual, Asimismo quien práctica tal culto a estos seres invisibles, corre inminente riesgo de ser poseído en su mente por espíritus inmundos. También corre el riesgo cierto de tenerlos en su casa y no poderlos sacar sino con la ayuda directa del poder de Dios cuando algún ministro de Dios intervenga con la autoridad que le ha sido dada.

Los perdidos serán resucitados para juicio. Esta resurrección será a última hora, esto es, después  del milenio cuando todas las cosas lleguen a su fin. Esta resurrección se realiza en la etapa final cuando termina la existencia del hombre sobre la tierra y cuando es el fin del mundo físico. La resurrección de los perdidos se lleva a cabo al final del presente orden de cosas.

Los perdidos en la resurrección se levantarán:

a) Sin gloria.

b) Avergonzados.

c) En confusión.

d) Corruptibles en Cuerpo y alma.

e) Aterrorizados y en una horrenda expectación de juicio y hervor de fuego que los ha de devorar en calidad de enemigos. Daniel 12:2. Hebreos 10:27. Mateo 25:41.

Después de la resurrección los muertos perdidos deberán comparecer a juicio ante Dios. En plena lucidez mental y en un grado superior a la que tuvieron en esta tierra y deberán responder por sus obras, Apocalipsis 20:12.

EL JUICIO

Los perdidos serán juzgados por Cristo ante el Gran Trono Blanco. Juan 5:22, 27, 29. Hechos 17:31.  Cristo se sienta a juzgar personalmente a los perdidos. El por su humanidad adquirida se Constituye en Justo Juez de los hombres, por cuanto Él también es el Hijo del Hombre. El vivió entre los hombres y sabe juzgar Con la verdadera justicia por cuanto conoce la Experiencia humana en todo el quehacer humano en la tierra.

Cristo constituye su tribunal con sus redimidos. I Corintios 6:2. Por otra parte los redimidos son el tribunal más competente en el uso del mejor código, la Palabra de Dios escrita. Además, la iglesia ha sido la representante de Cristo en la tierra durante veinte siglos y los  Fieles del Antiguo Testamento durante cuarenta agrios siglos de lucha contra la iniquidad. Daniel 7:22.

Después de seis mil años de permanencia en la tierra, el hombre, es llamado a juicio. Dios en su soberanía y su derecho indiscutible sobre toda la creación y sobre todos los hombres en particular, llamará a juicio al hombre, Este debe responder ante su Dios, Creador y Juez, por sus actos y dichos en el aspecto moral, porque el hombre es un ser moral, porque su Creador y Dios también lo es. Hechos 10:42.

La finalidad de la existencia del hombre en el universo es moral, y nos hemos desviados a una causa y finalidad materialista e inmoral. Y el juicio que se aproxima incluye al hombre como individuo, familia, comunidad y en todos los quehaceres del hombre sobre esta humanidad doliente y llorosa. Romanos 3:12.

Dios desde los siglos ha estado reclamando del hombre el cumplimiento de sus sagradas obligaciones hacia Él, como Creador y Señor, pero el hombre ha permanecido frío e indiferente a éste llamado. Esta sordera lo hace acreedor a la ira de Dios. En cuantos esfuerzos Dios haya hechos para traer al hombre al arrepentimiento son muy Pocos los que  han respondido.  El número de los que han respondido el llamamiento divino son insuficientes como para salvar a la humanidad del castigo divino a nivel mundial que se cernirá sobre la humanidad toda. Génesis 18:26-33.

En las tres grandes etapas del Antiguo Testamento, Dios ofreció, proporcionó  y personalmente asistió al hombre para lograr su salvación. Como a un herido en el camino lo alzó en andas y lo hizo traer cerca suyo para curarlo y mostrarle su amor, pero éste, soberbio en su maldad y ceguera, mordió la mano del que le sostenía y tiró coces contra su Creador y Redentor. Deuteronomio 32:15.

Esta actitud la vemos muy temprana en la historia  del género humano. Caín es el primer ejemplo de éste hecho y como él toda las generaciones desde Adán hasta Noé. Génesis 6:3-5. Para aquella alucinada generación, perversa en extremo vino de Dios la ira para exterminarlos y fueron raídos de sobre la faz de la tierra alcanzándolos a todos por igual, excepto 8 personas que escaparon escasamente de este juicio. Génesis 7:23. .

En la segunda etapa de la historia de la humanidad vemos la misma anomalía repetida. Esta etapa va  desde Noé a Moisés. Después a Pocos años del exterminio total de la humanidad por la ira divina, el hombre vuelve tras los  pasos de la rebelión contra Dios y con más soberbia y en forma mejor organizada se lanzan a un abierto desafío a Dios. Este reto y rebelión se hace manifiesto en las Palabras: “cuya cúspide llegue al cielo y hagámonos un nombre”, Génesis 11:4, pero a esta generación Dios respondió de otra manera en su Des echamiento. Dios procedió a dejar a un lado a las razas, lenguas, pueblos y naciones del mundo y se preparó a la elección, instrucción y preservación de un pueblo propio suyo. Génesis 12:2.

En la erección de la torre de Babel se personifica y materializa la soberbia y presunción del género humano. Se materializa la indiferencia y la irresponsabilidad del hombre hacia Dios y consigo mismo. La torre de Babel fue erigida estando presente aún el mismo Sem, hijo mayor de Noé, el que seguramente horrorizado fue testigo de la persistencia y rebelión del hombre contra Dios. Génesis 11:1-9.

La ira de Dios se descargó sobre las ciudades corruptas del valle de Canaán. Este exterminio por fuego fue simbólico del exterminio mundial y final  después del milenio. La ira que se descargó sobre una parte de la humanidad, un día será generalizada para toda la raza humana contradictoria a la voluntad divina. Los castigos divinos son sólo a consecuencia y como respuesta a la premeditada rebelión del hombre contra Dios. El castigo de Dios sobre el hombre fue siempre a causa del desafío, insulto y perversión contra la dignidad divina.  Génesis 19:24-28.

En las dos primeras etapas de la historia de la humanidad sobresalen hombres como regias figuras radiantes de luz divina en medio de una generación errabunda y ciega. Hay diez hombres hasta el diluvio y quince hasta José. Estos mantuvieron su luz encendida en medio de las tinieblas durante dos mil doscientos  años, Estos fueron a la vez los eslabones de la revelación divina y el conocimiento verdadero del Dios verdadero para la raza humana y para la historia de todos los tiempos.

En la segunda etapa un personaje llamado Abraham acepta la pre presentación divina en la tierra, esto es, en calidad de raza elegida a través de sus generaciones sucesivas sobre la faz de la tierra y por los siglos. Abraham vivió cien años en Canaán como testigo y portador del Conocimiento del verdadero Dios. Fue representante personal del Dios único. Abraham representa al Dios personal y único que no era conocido en esas generaciones porque la escoria del pecado había ya borrado de la mente de los hombres el Conocimiento que podían haber tenido. Abraham adquirió vivió y trasmitió la verdadera revelación del verdadero Dios a su generación inmediata y las  remotas descendencias que le seguirían.

Por este tiempo entra Jacob a Egipto para establecerse allí hasta el fin de su vida, donde vivió 17 años Génesis 46:3. En este país se gestó una nueva raza descendiente en línea directa de Abraham. Egipto recibió y hospedó generosamente al patriarca Jacob cuya generación en cuatrocientos años fue numerosa y poderosa hasta Constituir un peligro para Egipto según lo estimaron los gobernantes al final del tiempo predicho por Dios a Abraham. Génesis 15:13, y que culminaron siendo libertados Por Moisés. Éxodo 12:37. Durante esos cuatrocientos años las tinieblas del tiempo ocultan los detalles de lo sucedido, pero que manifiestamente no es necesaria ninguna revelación de aquel tiempo. La luz permanece debajo del almud, pero no se apaga totalmente.

La tercera etapa va desde Moisés hasta Cristo, Un lapso de mil cuatrocientos años aproximadamente. En esta atapa Dios deja libre a las naciones gentiles y hace un pacto con Israel. Israel es llamado a ser testigo de Dios en la tierra. Isaías 43:12. Y ellos habrían de ser los portadores fieles de la revelación escrita de la palabra de Dios para los hombres.

Israel fundido en fuego en el crisol de Egipto, llegó a ser un pueblo indestructible, la raza inmortal por excelencia, Israel aunque con caídas y levantadas surge de las cenizas y se alzará hasta el fin de la historia de la humanidad. Éxodo 1:13-16.

Aunque la actividad misionera de Israel no está coronada de muchas almas convertidas a Dios, pero al menos fueron files como  guardianes de las Escrituras. Por medio de ellos Dios manifestó su gran poder y sabiduría, su amor y grandeza salvadora. II Reyes 22:8-13.

Israel en tiempos de paz como en la guerra ha sido el milagroso pueblo de Dios, Desde su nacimiento Israel ha permanecido y seguirá siendo la zarza que arde y no se consume. Éxodo 3:2. Ninguna persecución lo ha eliminado ni le ha quitado su carácter de pueblo y raza superior, ningún pueblo o nación o raza ha sufrido jamás lo que este pueblo bendito ha tenido que soportar y ha sobrevivido a todas sus penalidades, Desde que Israel existe como raza y pueblo, han dejado de existir y han pasado a la historia de la humanidad muchas naciones, pero Israel sigue siendo la misma raza y el mismo pueblo.

Israel legó a la humanidad el conocimiento más exacto del verdadero Dios. Israel nos legó la Palabra escrita, la mejor revelación de un Dios personal, el único  Dios, Creador y Sustentador del universo. Hebreos 1:3. Ningún otro pueblo tuvo jamás tanta luz respecto de la deidad como Israel la alcanzó.

La moral, la cultura religiosa y la superioridad como raza nunca fueron igualadas por otra raza conocida, La tenaz persistencia y apego a los principios  religiosos fueron con un celo sin igual.

De Israel nos vino el Redentor. De la más pura estirpe, de las raíces más honorables. Apocalipsis 22:16. Por medio de Moisés nos legaron la ley moral y por los profetas los más luminosos rayos de luz espiritual. Por medio de Cristo fuimos redimidos con un plan maravilloso, el más grande jamás concebidos, poderosos y sublimes en la persona misma de Cristo Maravilla divinal, la segunda de la deidad viene en persona y se humanó. ¿Quién puede entenderlo? Mateo 17:3,5.

La sabiduría y la paciencia y el poder de Dios hicieron posible que Israel sobreviviera al incinerador de la historia a través del tiempo. Los enseño, los guió y los castigo severamente cuando pecaron, hasta lograr para el resto de la humanidad por medio de ellos tan magnífico plan de redención. Por medio de ellos castigo a cuantos enemigos se levantaron contra Él. Elimino naciones poderosas y dotó a su pueblo de guerreros tan aventajados como fueron los del rey David. I Crónicas 11:10-15.  Erradicó a las naciones que Vivían en Canaán con un plan trazado y avisado quinientos años antes de Abraham. Génesis 15:18-21.

A través de los sesenta siglos corridos desde Adán hasta nuestro tiempo la única respuesta del hombre a Dios ha sido negativa de manera extrema. Y no sólo el hombre ha respondido negativamente al llamado de Dios, sino que lo ha hecho con arrogancia y altanería. No solo ha sido enemigo de Dios en su mente, sino que también ha llevado al hecho su ira contra Dios, blasfemando contra su Creador y persiguiendo a los siervos enviados a él de parte de Dios. Génesis 6:5. 0seas 11:4,7.

Durante seis mil años Dios ha estado llamando con amor incansable a los hombres al arrepentimiento, y lo ha hecho de diferentes maneras, finalmente envió a su propio Hijo Amado, el cual vino en misión de redención, y vivió y murió entre los hombres como hombre. Hebreos 1:1,2. Hechos 17:30.

Las palabras dichas por Jesús en Mateo 23:32-36, son una sentencia que incluye desde Adán en adelante a todos los hombres impíos bajo la ira  implacable de Dios.

Muchas veces se escucha decir a alguna persona, ¿Porque Dios siendo amor condena de esa manera tan violenta  a los hombres? Otros dicen: Dios no puede ser tan malo para castigar a sus hijos de manera tan cruel como dice la Biblia.

Para dar respuesta segura y enfática a estas personas que hablan así, debemos de tener los siguientes hechos y podremos contestar en forma adecuada.

1) Dios es soberano sobre su creación y la creación no está por sobre su Creador. No es el hombre sino Dios quien determina los principios de justicia a que todo está sujeto. Luego es inapropiado guiarse por los conceptos emitidos por el hombre si Dios ya ha emitido los suyos. La soberanía de Dios es inviolable como Creador y Señor de su universo y por lo tanto es una locura, un descarrío inútil y una inconcebible aberración querer disputar con Dios. Job 16:21; 40:2.  I Corintios 1:20.

2) El propósito de creación. Dios al crear el mundo y a su semejante, el hombre, tuvo en vista un propósito bien definido, y este propósito fue comunicado al hombre. El hombre fue notificado y se ha venido repitiendo continuamente hasta el cansancio cual es propósito de la existencia del hombre sobre la faz de la tierra. El juicio de Dios al final de los tiempos cumple una parte del programa divino.

3) El juicio a que Dios llamará a los hombres es necesario para mostrar a la faz del universo la diferencia del bien y del mal, Si así no fuera no se conocerían ambas cosas y el hombre no poseería el completo saber de la ciencia y los misterios de la existencia misma y la razón de ella.

4) La justicia divina, Dios exhibirá su absoluta justicia cuando se siente como Juez para juzgar al mundo con justicia, Salmo 9:8. Esta justicia pondrá de manifiesto por un lado la invariable equidad, santidad e intolerancia contra el pecado en el universo y por otro lado se mostrará y quedará descubierto a la faz de todo ser el amor de Dios, derramado a raudales, tierno y delicado para conmover al hombre hacia Él, y a la felicidad eterna.

5) El comportamiento del hombre. El Juicio de Dios al final de los tiempos está sujeto a la conducta asumida por el hombre ante sus deberes para  Dios. El hombre no ha cumplido, El hombre ha rechazado y menospreciado, a su Creador  y caprichosamente se ha rebelado contra Dios, Apocalipsis 20:13.

El comportamiento humano ha ido tan lejos de lo que debiera ser para con Dios y consigo mismo, que ha provocado la implacable ira de la justicia divina. Se ha rebelado contra su Creador, aborreciéndole y despreciando su amor. El hombre se ha corrompido en esta rebelión que se ha degenerado y ha envilecido su propia alma. El hombre en su soberbia contra Dios se Ha lanzado temerariamente sin meditar hacia el abismo de donde no podrá salir jamás, Jeremías 2:19.

El hombre se ha separado de Dios viviendo perdidamente y alejándose cada día más y más. Tan grande es la distancia que hay entre el hombre y Dios que este no percibe el llamado divinal, a pesar que se hace insistentemente y en forma muy sonora desde los cuatro ángulos de la tierra. El hombre no escucha o escucha muy débilmente la voz de Dios que le llama que venga para ser perdonado y reintegrado a la comunión con El. Zacarías 1:3.

El hombre ha destituido a Dios de su capacidad de adoración, portándose deslealmente con su Señor y Dios. El hombre ha inventado otros dioses para adorar y tras ellos ha permanecido por generaciones y no se ha tornado a su Creador, sino que persiste en su culto prefabricado. La idolatría es perversión que provoca la ira de Dios,                      I Corintios 6:9.

El hombre se deleita en tres caminos de pecado: satisfaciendo a la carne en sus deseos licenciosos  y corruptos; el deseo desenfrenado de los ojos insaciables de pasión y lujuria.

Los ojos carnales ven en este mundo un sin fin de bellezas deseables. Los ojos no se cansan de ver estas atractivas hermosuras como son el dinero, las comodidades y todo un falso ornamento de satisfacciones visuales y en ninguna de ellas se satisface plenamente. Por eso se han inventado otras que no estaban al principio de la creación, como son el turismo, las playas, los lujosos hoteles, los centros de bailes, la música funcional, el cine, la radio, los centros de diversiones irisados de bellos colores y finalmente y como cúspide de maldad se inventó el televisor. El tercer camino de pecado es la rebelión, y que el apóstol Juan la llama, la vanagloria de la vida, Esta es la arrogancia, la autosuficiencia del vivir del hombre en su actitud y comportamiento desafiante contra Dios. El hombre viviendo así, y en la libertad que Dios le ha concedido se siente fuerte y bien armado para retar a Dios a un rencoroso duelo.           I Juan 2:16.

Dios emite llamados de reconciliación las que el hombre interpreta como debilidad o incapacidad divina para controlarlo. II Corintios 5:20.

Con el aumento de las riquezas en los últimos tiempos, con las comodidades, con los vicios, I Timoteo 6:10, con el poderío bélico alcanzado por la tecnología militar el hombre se siente capaz de derribar el mismo cielo y golpear a Dios en su soberbia. El hombre no está recapacitando en cuanto a su posición y deberes para con su Creador, sino por el contrario está cerrado a todo trato con su Señor y Dios. El hombre no está volviendo a Dios, sino por el contrario se va alejando.

6) Los enemigos de Dios. El juicio de los últimos tiempos incluye al hombre, los ángeles caídos y satanás. Todos han de ser judicialmente condenados por sus culpas en base a la persona de Cristo. Los hombres, los ángeles caídos, satanás y la bestia, aquella bestia anunciada en Apocalipsis, es un personaje que surge en el último tiempo y también es juzgada, Todos son juzgados en calidad de adversarios, esto es, en calidad de enemigos aliados Contra Dios, incluyendo al hombre. Mateo 25:4l. Apocalipsis 19:20; 20:10.

El hombre se ha aliado con satanás en su lucha contra Dios. Toda actividad humana pone de manifiesto la deliberada alianza de los hombres con satanás. Hechos 13:10.

Cuando un mensajero de Dios testifica del amor divino y del bien que hay para e1 en la salvación de Cristo, este se burlará  hará menosprecio se ofenderá, se disculpara para no oír, se justificara así mismo con tanta vehemencia que terminara culpando a la deidad de todo lo malo y él quedará siempre limpio de todo cargo y culpa. Job 40:8.

Pero cuando vienen las sugerencias satánicas, las invitaciones a pecar nadie se niega, hay tiempo y voluntad para ello. Irá invitado por satanás a cualquier lugar, y alegará en su favor que son lugares convenientes  aunque sea el antro más asqueroso  contrario a toda moral y a la fe. En suma para las insinuaciones satánicas hay voluntad, tiempo y recursos económicos toda se aporta a las iniciativas diabólicas  que destruyen la obra de Dios, para Dios no las hay, ni en menor o mayor grado. Luego el hombre es enemigo declarado de todo el bien y de la misma persona de Dios, I Juan 3:8.

A través de los tiempos el hombre ha sido enemigo de Dios En Edén se mostró el primer día temeroso, Confundido y avergonzado a la vez que huía para no encontrarse con Dios cara a cara, Génesis 3:8. Andando al tiempo el hombre acepto la alianza con satanás y cambio su actitud y comportamiento moral para con Dios  y consigo mismo. En Edén tuvo vergüenza de verse desnudo físicamente y de haber quebrantado el mandamiento divino, pero hoy en día no es así, sino por el contrario es agresivo y presumido ante Dios.

En todos los siglos el hombre ha hecho manifiesto su antagonismo hacia Dios a su doctrina y a sus siervos. Este antagonismo ha pasado de la palabra a la Violencia física, dejando a lo largo del camino del mundo y de la historia una estela Sanguinolenta, manchada y violenta de seis mil años de longitud.

Los mártires van desde Abel en adelante y no se escapó ni el mismo Hijo de Dios, y aún más, le sometieron al peor de los martirio ante tratos que jamás se dio a mortal alguno. Siempre que hubo un siervo de Dios en la tierra fue perseguido y aborrecido y en nuestros días, no porque el mundo y las condiciones sociales se den mejores, no por eso se estima lo que es de Dios en la tierra. Siempre está el odio y los prejuicios contra todo lo que se relaciona con Dios.

Cada individuo, cada familia, cada comunidad y cada nación han estado siempre enemistados con Dios y con los fieles que El ama en la tierra. La medida de la persecución y del odio fue de acuerdo a la fidelidad del creyente en cuestión. Mientras más fiel a Dios, peor fue el trato que recibieron de los enemigos de Dios no importándoles quienes ni el lugar en que se encontraban. II Crónicas 24:20,21.

El juicio de los perdidos:

a) Comienza en el mismo corazón de ellos. Romanos 2:14-16. Esto debido a que cada ser humano tiene plena conciencia de sí mismo y de sus deberes.

b) El primero que ha de juzgar a cada perdido será su propia conciencia. La conciencia no solamente actúa como aguijón en la vida vivida aquí en la tierra, sino que actuará también después de esta vida. Y más aún será el primer tribunal que juzgara y dictaminará la sentencia merecida a cada inconverso por perfecto que haya parecido vivir acá en ésta tierra Esta actitud enjuiciadora se desencadena inmediatamente después de pasar de esta vida, y seguirá así hasta la eternidad. Tito 1:15.

El hombre está dotado de capacidades morales. El hombre por sí mismo sabe lo que es el bien y el mal, esto desde que comió del arbol prohibido en Edén, Este árbol trajo el conocimiento del bien y el mal. Esto significa que el hombre en un principio estaba capacitado para entender, practicar ý vivir solamente en el perfecto bien. El mal no lo entendía y no se conocía en el vivir edénico la maldad. Las consecuencias del mal se conocían solamente de teoría. Satán por su parte hizo todo lo posible hasta que logró engañar a la primera pareja sugiriendo que lo malo era igualmente bueno. Que la desobediencia no era transgresión y que la prohibición divina era solamente un acto competitivo de Dios hacia el hombre. O sea que Dios no quería permitir al hombre que alcanzara a ser como El en sabiduría. Satán engaño a la primera pareja aduciendo que la sabiduría que poseían ellos era incompleta y que comiendo de aquel árbol llegarían a ser perfectos en sabiduría. Génesis 3:5.

Por lo tanto, el acto delictivo de Adán le trajo consecuencias inmediatas y también posteriores, Las consecuencias inmediatas fueron condenatorias, pero había una

Solución mediante la redención en Cristo, pero las Consecuencias para después de la muerte no tienen ya posible solución, Génesis 3:15-19.  Se puede remediar la tragedia de aquella desobediencia  pero sólo en ésta vida cuando el hombre viene para considerar su condición como gravísima y acude a Cristo para reconocer:

1) Su culpabilidad.

2) La necesidad presente y futura de una reconciliación con Dios. Romanos 5:12,19.

3) Debe reconocer que el conocimiento del mal lo apartó hacia el mal y el conocimiento del bien fue anulado por el mal que se anido en su alma. Romanos 7:l8, 20.

En suma, el hombre está hecho para vivir de acuerdo al conocimiento que posee. El hombre está hecho para vivir en plena comunión con Dios. A todo hombre le fue dada la oportunidad de hacer el bien. La edad que el hombre vive sobre la tierra es tiempo suficiente y sobrado aún para practicar y enseñar a otros el bien.

Los años vividos sobre la tierra le dieron la oportunidad para honrar a su Dios. Los años vividos por el hombre sobre esta tierra le dieron sobradas  oportunidades para hacer el bien según la voluntad de Dios a su prójimo. Los años vividos en este mundo le dieron al hombre la oportunidad de almacenar rica posesión en el más allá. Los años vividos sobre la tierra y los recursos que Dios ofrece para este fin, le dieron al hombre la oportunidad de sembrar solamente el bien y cosechar en la eternidad, cual a treinta, cual a sesenta y cual a ciento por uno.  Los años vividos al calor del amor de Dios, aquí en la tierra le dieron al hombre la oportunidad de dejar tras sí una larga estela de luminoso bien y gozarse mirando desde la eternidad todo el bien a otro entregado. El hombre no supo aprovechar el tiempo y la oportunidad que Dios le brindó en éste  sentido. Por todo esto será juzgado en el juicio ante el gran trono blanco Apocalipsis 20:12,13.

Todos estos antecedentes mencionados más arriba nos ayudan a entender lo justo que habrá de ser el enjuiciamiento divino.  El hombre ha fallado en sus compromisos como un ser moral para Dios y sus semejantes.

El hombre en su vivir terrenal ha permanecido indiferente:

1) Al llamado de Dios para venir a Él para una reconciliación y pacificación definitiva y eterna. Proverbio 1:24

2) Persiste en correr tratando de asir los espejismos de la felicidad que éste caprichoso modo de pensar nunca le              dieron a nadie.

3) El hombre ha menospreciado la oportunidad que Dios le concede de vivir haciendo el bien y no el mal. Jeremías         4:22.

4) El hombre ha hecho uso indebido del  transcurso de su vida aquí en la tierra, porque no ha cumplido con el propósito de creación, y en consecuencia no ha conseguido la felicidad que Dios en su amor siempre ha querido darle. Dios siempre ha querido darle lo mejor, pero el hombre lo ha rechazado todo a causa de que ama más las tinieblas que la luz, porque sus obras son malas. Juan 3:19.

5) El hombre en los años vividos  aquí en la tierra jamás ha practicado el bien, sino solamente el mal. Génesis 6:5.

6) El hombre en su peregrinaje sobre la tierra, no ha sembrado para su bien sino solamente para su propio y eterno mal. No ha sembrado para el Espíritu, sino para la carne. Sembró corrupción y segará corrupción. Gálatas 6:8.

7) El hombre vive perdido y perdiendo a otros por la senda del mal. Cada persona se hace culpable del mal que sembró en el corazón y en la conciencia de su prójimo, especialmente en la juventud que fácilmente copia el mal más que el bien. Cada perdido es responsable de su propia perdición y también de la de otros. Todo consejo, toda mala palabra dicha, toda mala acción no pueden ser borrados sin ser salvos en Cristo, y por lo tanto tiene repercusión eterna. El hombre hallará junto al trono de Dios, acumulado todo lo que de atrás en ésta vida al salir de acá.

El tiempo cual avalancha ha llevado en su oleaje el acontecer diario de la vida, y  lo ha ido acumulando ante las puertas de la eternidad y allí esperan al hombre inconverso. Allí verá con sus ojos y oirá con sus oídos todo lo que acá hizo y todo lo que salió de su propia boca. Mateo 15:18.  Allí el hombre verá como en el cine su propia imagen cometiendo toda clase de pecados y oirá su propia voz hablando toda suerte de palabras soeces.

Junto al trono blanco el hombre verá escrito con letras brillantes todas las obras que hizo acá en la tierra. Allí vera la justicia de Dios para juzgar y la capacidad divina para llevar un completo informe, exacto y sin acepción de personas, y para con su creación. Según Apocalipsis 20:12, los perdidos serán juzgados por las obras que hicieron acá en la tierra y esto se puede complementar con la palabra de  Cristo en Mateo 12:36,37. Toda palabra hablada tiene un valor de trascendencia eterna. Las obras y las palabras del Hombre acá en la tierra no mueren y las encontrará al fin de los tiempos junto al trono de Dios y le seguirán por el resto de la eternidad.

Reiteramos el hecho de la permanencia de todas las cosas por la eternidad. Nada deja de ser, aunque tenga que morir y desparecer de la faz de la tierra, esto será momentáneamente y luego vuelve a la existencia para existir en forma perpetua.  La materia se transforma, pero no deja de ser, el hombre muere pero vuelve  a vivir, Lo precario es perfeccionado y torna a vivir en indestructible existir. Efesios 3:11.