La Muerte y sus Propositos
LA MUERTE Y SUS PROPOSITOS
¿Por qué Dios permitió que existiera la muerte? La muerte tiene un propósito en los planes divinos
1) Cumple una acción ampliadora del saber de los hombres
2) La muerte introduce parte del conocimiento del mal, el cual Complementa y completa el saber Universal para los Hombres en relación al saber divino.
3) La muerte permite saber la diferencia entre ella y la vida. Ella permite y capacita al hombre a un mejor entendimiento de la vida.
4) El temor de la muerte es una disciplina que obliga al malvado al menos a una aparente moralidad. La muerte por otra parte obliga a los enemigos a frenar su deseo de destruir, como a veces por permisión divina lo han logrado.
5) El temor de la muerte obliga a mucha gente a pensar y buscar un refugio en Dios.
6) La muerte por sí sola habla del más allá a todos los hombres obligándolos a prestar oído a su propia conciencia primeramente y luego al mensaje del llamamiento divino.
7) La muerte, deja testimonio en las palabras y forma de morir de los salvados y luego también en la forma de morir de los perdidos. Hebreos 9:27. Apocalipsis 20:6. 14:13. Salmos 107:10,14. 116:15.
8) El que mata es consciente de estar sujeto el también a la muerte, por lo tanto se limita a su exterminio maligno y violento. Génesis 4:8.
La resurrección de Cristo, para nosotros es una sola victoria y para El, son millones de Victorias obtenidas. Con cada salvado es una victoria más adquirida sobre la primera, allá en la tumba de José de Arimatea. Es por eso que con cada alma que se convierte hay gozo entre los ángeles del cielo. Lucas 15:10,7.
Cuando un creyente se convierte a Dios inicia su marcha hacia la victoria final y ha logrado un tercio de su glorificación final en Cristo, Por lo tanto cuando un creyente muere salvado conquista la segunda parte de su esperanza eterna y con la muerte queda asegurada su total victoria. Es por eso que Dios estima y desea la muerte de sus santos y así logra la victoria, sobre su primera victoria allá en el primer día de la semana cuando resucitó El.
La tercera y última etapa, la plenitud de la victoria del creyente la constituye la resurrección y con ella la glorificación en grande resplandor.
Para el salvado la muerte no es una derrota, sino el comienzo de su victoria. La muerte física para el salvado es seguridad eterna. De la muerte no se vuelve atrás, con la muerte el salvado queda asegurado para siempre sin temor de derrotas, sin temor de caídas. Tras la muerte se cierra una puerta de felicidad. Tras la espalda del creyente que ha muerto salvado se levanta el eterno muro de Isaías 26:1. Con la muerte se abre para el salvado la puerta de Isaías 26:2,3, Y sobre su cabeza se extiende cual eterno y diáfano techo las alas del Omnipotente del Salmo 91
Bajo sus pies y en un panorama infinito resplandeciente de luz, de Apocalipsis 21:23. Y en el embaldosado de zafiro, de Éxodo 24:10. Los salvados con la muerte ingresan a una ciudad cuya hermosura no tiene comparación exacta entre las conocidas, Pero ella se asemeja, a una piedra preciosísima de jaspe y cristal. En sus puertas hay ángeles, cuya hermosura guarda perfecta relación con los matices divinos de la ciudad. Mateo 28:2,3. Sus puertas son perlas, sus calles de oro puro trasparente como cristal. Apocalipsis 21:10-12,18-21.
La muerte para los seres humanos no es otra cosa que la separación del cuerpo físico del espíritu o también lo podemos decir en otras palabras, la muerte es el abandonar la habitación terrestre, pero temporalmente. La muerte física no es eterna. La muerte física no es para siempre. Según las Escrituras el espíritu volverá por su cuerpo. Eclesiastés 12:7 Romanos 8:11
El Señor Jesús, le llama dormir a la muerte, en Juan 11:11, así mismo en el mismo versículo le llama despertar a la resurrección. De la misma manera le denomina dormir cuando notificó a Moisés de su próxima muerte. Deut.31:16.
El apóstol Pablo cuando se refiere a la muerte de los fieles le llama casa al Cuerpo físico, y al hecho de morir le llama deshacer la casa. II Corintios 5:1. Con este lenguaje el apóstol pone de manifiesto que el cuerpo físico es solamente, una morada en la cual vive el hombre mientras pasa por esta vida terrenal.
El apóstol Pedro le llama, abandonar el cuerpo. Esto lo dice el apóstol Pedro, y lo dirá de la misma manera todo redimido que tiene esa ciertísima esperanza. El apóstol del Señor habla de abandonar el cuerpo en una forma no solamente resignada, sino como teniendo conocimiento del más allá como algo deseable. II Pedro 1:14.
El Señor Jesús en Lucas 12:20, le llama pedir el alma. Terminología que corresponde a ésta noche morirás. Estas palabras de Cristo sienta el principio de que Dios a toda persona, sea salvado o perdido le avisa acerca de su muerte, le avisa que va al más allá, que la riqueza terrenal le acompaña solamente hasta la muerte y que en el más allá es pobre y no tiene nada, y enseña además que la muerte es una mano negra y sorpresiva e inoportuna para el hombre sin una segura salvación y aprovisionamiento para el más allá. El Señor enseña en estas palabras además, que la muerte es todopoderosa sobre la raza humana desde que Adán cayó. La muerte actúa sobre la carne, pero no sobre el espíritu, el cual es inmortal, tanto en el salvado como en el perdido.
El patriarca Job, le llama el camino de donde no volveré. Este lenguaje corresponde a un entendimiento terrenal, y temporalmente y no terminantemente eterno, Job 16:22, Este término, incluye la relación familiar y humana respecto de nuestro Calendario y no respecto al calendario de Dios, porque todo aquel que haya muerto salvado, ya sea del Antiguo como del Nuevo Testamento, no solamente volverá a vivir sino que volverá a ésta tierra nuevamente no en estado mortal sino en estado inmortalizado y glorificado.
Moisés en Génesis 49:33. Le llama reunido con sus padres. Este término es clásico en la literatura judaica. El término, se refiere más bien a la reunión del más allá. Este término reviste cierta dignidad y rango en el morir. La palabra padre en la antigüedad revestía una especial dignidad, y esa dignidad iba más allá de la muerte, El Señor más tarde confirmó esa reunión de Jacob con sus padres. Lucas 13:28.
Descender al silencio, es el término que se refiere a la muerte en el Salmo 115:17. Este término se usa mirando de éste lado a la muerte. La muerte es un silencio para nosotros y mirado en el aspecto material simplemente. Los cementerios son tradicionalmente símbolo del silencio, soledad, temor y hasta de la superstición.
Cayó y expiró, es el término usado por el apóstol Pedro cuando Ananías y Safira cayeron fulminados por la ira de Dios. Y éste término también indica el hecho de la separación del cuerpo y el espíritu del hombre, Hechos 5:5,10.
Volver a la tierra, es el término que usa el Señor cuando advirtió a Adán, vale decir, a toda la raza humana de la introducción de la muerte como consecuencia del pecado y de la desobediencia. Génesis 3:19.
Cortado y huye como la sombra, es el término que usa el patriarca Job, 14:2. Se refiere a la característica y la forma rápida, misteriosa e invisible en que la muerte viene a todos los seres humanos.
Partir y estar con Cristo. Filipenses 1:23. Este término se refiere exclusivamente a los muertos en el Señor, y que se han ido de esta vida con una absoluta seguridad de su salvación al lugar cerca de su Señor y Salvador Jesucristo. Este término pone de manifiesto que para los salvados la muerte no es más que un traslado honroso y feliz hasta la presencia misma de su Señor.
No hay otra circunstancia que lo pueda empañar. Sólo el verdadero salvado disfruta de ésta bienaventuranza, ya que la muerte es una bienaventuranza para los redimidos. De manera que para el salvado es mejor el día de la muerte que el día de su nacimiento. El día de su nacimiento inició un viaje incierto y lleno de vicisitudes, pero el día de su fallecimiento inició un corto y feliz desenlace que lo hará feliz eternamente en la presencia tan deseada para él. Los salvados se retiran de éste mundo para ingresar a un mundo mucho mejor. Los redimidos en el momento mismo que abandonan y dejan esta vida van a morar en la presencia misma de su Señor y Salvador.
La muerte por un lado borra para los salvados las consecuencias funestas del pecado sobre la humanidad. Y por otro lado sella para los perdidos las consecuencias para siempre, de tales consecuencias no podrán librarse jamás, porque con la muerte se cierra para siempre la puerta del infierno de donde no se puede salir ya más. La muerte es una consecuencia del pecado que entró en Edén por la desobediencia de Adán. Romanos 5:12. La muerte condenó, contaminó y corrompió a todos los hombres. De manera que Adán por su desobediencia puso a toda la raza humana bajo pecado y bajo condenación. Puso Además a toda la raza humana bajo la ley de la muerte, ineludiblemente cierta.
Destruida la muerte. I Corintios 15:26. Con estas palabras el apóstol Pablo anuncia la victoria final de la resurrección física de los redimidos.