La Seguridad de la Salvación
En este texto Jesús garantiza una completa seguridad para los redimidos en la adopción. El texto se compone de las siguientes aseveraciones: yo les doy vida eterna, se refiere a la salvación, y no perecerán jamás, se refiere a la seguridad de ultratumba; ni nadie las arrebatara, se refiere a la protección física y espiritual en la vida terrenal, de mi mano, se refiere al abrigo todopoderoso y mano fuerte de Cristo para proteger a los redimidos. Salmos 91:1. 139:10. Isaías 49:16.
Hay dos cosas que resumen todo el conjunto de seguridad que tiene el creyente en su salvación.
1.- Sabe que es verdaderamente salvado por lo que el libro sagrado, la Biblia le asegura
2.- En el testimonio interno de una salvación viva y ardiente en Cristo. La palabra de Dios promete seguridad absoluta a los fieles y les asegura una real adopción. Romanos 8:28-39.
La palabra de Dios asegura que el testimonio interno de salvación es evidencia de la autenticidad de esa salvación y redención en Cristo. Romanos 8:15. I Juan 4:13.
Esa seguridad es relativa a causa del creyente mismo; el creyente puede hacer completa su seguridad según sea su permanencia en Cristo. Cristo otorga a los fieles plática libre, libertad de acción, libertad de determinar sobre su propia vida, libertad en el ejercicio de su devoción y puede abandonar el redil cuando determine hacerlo. Juan 10:9.-
Todo creyente tiene una cabal noción de su salvación y grado de seguridad en ella. Dios no permite que el creyente viva en la incertidumbre. Cuando el creyente tiene incertidumbre es a causa del mismo y no de la salvación. II Corintios 13:5. I Juan 5:10-12.
¿Por qué la duda del creyente?
a.- Las dudas son necesarias.
b.- Las dudas son manifestación de la flaqueza humana. Son necesarias, porque ellas nos obligan a indagar las evidencias hasta estar seguro de nuestra salvación. Son necesarias, indudablemente ellas constituyen un enemigo mortal del cual tenemos que defendernos si no queremos perecer y ser hollados como la sal desvanecida. Mateo 5:13.
Son necesarias, porque la batalla contra las dudas nos hará fuerte y estaremos ejercitados para las batallas siguientes a través de todo el camino. Por otro lado ellas ponen de manifiesto a las claras la flaqueza humana, expresada por Tomás, si lo viere no creeré. Esta palabra está bien para aplicarla a los hombres, pero no a Dios Juan 20:25.-
Hay un tercer tipo de duda. La llamaremos, la duda culpable. La duda culpable es aquella que sigue discutiendo, después de haberle dado respuestas satisfactorias y cabales acerca de esas dudas. Es duda culpable aquella que después haber visto con sus propios ojos y después de haber recibido en sí mismo las pruebas de esa verdad, todavía sigue dudando, para tal persona no existe revelación posible. Romanos 14:23.
La duda culpable es aquella que mantiene caprichosamente habiendo recibido claridad y evidencias suficientes al pie de los hechos. Ejemplo; si una persona duda del ministerio de sanidad divina obrado por el poder de Dios y en el nombre de Jesucristo, después de haber presenciado por tener ante sí mismo a una persona que fue sanada milagrosamente por el poder de Dios, ¿Qué argumento se pueden usar para convencerle y lograr que crea? O si una persona tiene ante sí a un creyente cuya vida fue cambiada y la salvación fluye en él por un testimonio de buenos frutos, de tal manera que hace evidente la intervención de un poder benéfico en él, y viendo esto, todavía no cree en la salvación, ¿qué otra prueba se le puede dar? Una actitud así pone de manifiesto una perversidad avanzada, más que una simple duda. Hechos 3:10. 5:24.
Por otro lado, el evangelio de Jesucristo no está destinado a deshacer las dudas y maldades de los que caprichosamente se niegan a creer. Tampoco el poder de Dios dará seguridad a los creyentes que mezclan dudas después de haberse integrado a las filas de los redimidos.
¿Quiénes tienen seguridad en su salvación? La seguridad de su salvación la tienen aquellos que han logrado una experiencia bien definida y cierta de su salvación y disfrutan de ella en los buenos frutos. Disfrutan de esa seguridad lo que se han apartado del mundo con sus vicios y atractivos, cualquiera sea su nombre.
¿Qué cosas impide la salvación en el creyente? Ya sabemos que la simple profesión de fe en el evangelio no es suficiente para ser salvó. Mencionaremos a continuación unas pocas cosas de las muchas que son negativas en la vida del salvado.
No serán salvos aquellos creyentes que no amen a Dios como está mandado hacerlo en la palabra de Dios. Las misericordias de salvación están prometidas a los fieles que amen a Dios. Éxodo 20:6. Salmo 31:23. 145:20.
Los que no aman a Dios y aman más a todas las cosas de esta vida no serán jamás salvados. Mateo 10:37. El que ama verdaderamente a Dios y guarda sus mandamientos sera amado de Dios. Juan 14:21. I Corintios 8:3.
El apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo, pone esta regla, el que no amare al Señor Jesús sea anatema. I Corintios 16:22. De manera que el que está bajo maldición no puede ser salvado.
a.- Dios no se le puede amar con simpleza, como cosa de segunda importancia, la pereza en los quehaceres materiales engendra pobreza social, pero la pereza en amarle a Dios engendra muerte eterna. Deuteronomio 6:5. Mateo 22:37.
b.- Los que no aman a sus Hermanos en la fe, no pueden ser salvados. I Juan 3:1-24. 4:7-21. El creyente que no ama a su Hermano es acusado de homicidio delante de Dios. I Juan 3:15.
c.- Los desobedientes y rebeldes no pueden ser salvados. La desobediencia puede manifestarse contra Dios directamente, contra la palabra o contra la persona que está puesta por Dios para ministrar la gracia Salvadora. La desobediencia y rebelión del corazón pierde a los mejores creyentes. La rebelión no tiene redención posible. Efesios 5:6. Hebreos 3:18.
La desobediencia y rebelión engendra a los perros en el evangelio. Las sagradas escrituras dan el calificativo de perros a los que se vuelven al mundo en abierta rebelión hacia Dios. Los perros son los animales más inmundos junto al puerco y tiene la representación de lo más asqueroso en la vida religiosa. Job 30:1. Proverbios 26:11. Mateo 7:6. Filipenses 3:2. II Pedro 2:22.
Los creyentes que aman al mundo con sus concupiscencias no podrán ser salvó como lo establece la palabra de Dios. I Juan 2:16. El amor a las cosas del mundo es un indicio de un corazón pecaminoso. A muchos creyentes les parece cosa liviana ser mundano y vivir amando lo mismo que el mundo ama.
No podrán ser salvos ninguno de aquellos creyentes que siendo profesantes de la salvación tienen su corazón amando cosas muy impuras.
La regla que Jesús traza es un punto de separación entre los suyos y los del mundo. Conviene que el creyente sepa claramente todas estas cosas para evitar una perdición eternamente trágica, muchos creyentes tendrán un día una dolorosa desilusión a causa de esto. El verdadero creyente debe de aborrecer el mal. Salmo 97:10.
Los creyentes que guardan idolatría en su corazón, no podrán ser salvados. Hay múltiples formas y actitudes asumidas por el corazón humano y que son ofensivas a Dios de las cuales debe de descuidarse el creyente fiel.
La idolatría es muy ofensiva a la dignidad de Dios. Dios no aceptará que se rinda a ningún otro ser o cosa el culto que sólo a él pertenece. La deidad reclama para él solo la adoración, de su creación toda en cielo y tierra. Éxodo 20:3-5.
Puede pensarse que los creyentes, no tienen ídolos y que ellos adoran solamente Dios, sin embargo no suele ser siempre así. Toda cosa que se ame más que a Dios ya es en sí un ídolo. El corazón se siente sobrecargado y endurecido cuando hay estos amores ilícitos. El Señor Jesucristo reclamó para la deidad un amor con toda preferencia hacia Dios, sobre el amor que se les debe de tener a Padre, Madre, mujer e hijos, Hermanos y Hermanas y aun también su propia vida. El Señor usa el término aborrecer para dar la verdadera fuerza a esta preferencia enseñada en la palabra de Dios. Lucas 14:26.
Tal vez no todos los creyentes tengan imágenes comunes ante las cuales se inclinan, sin embargo, pueden ser otras que parecen ser muy inocentes y que no están mencionadas en las escrituras. Tal vez el creyente no está adorando a los muertos ni a los ángeles del cielo como algunos religiosos lo hacen, pero hay creyentes que pasan horas sobre la tumba de algún muerto suyo, con la esperanza de poder verles allí.
Otros tienen objetos en casa que son idolatrías y dan preferencias a ese objeto antes que Dios. El televisor es un artefacto destructor de la fe, del temor a Dios y del culto a Dios. Toda la bendición que un creyente puede recibir en dos o tres horas ante la presencia de Dios, de un solo impacto al corazón se lo arrebata completamente dejándolo vacío de Dios. Le quita la verdadera espiritualidad y la reemplaza con otra falsa.
Otros son muy devotos al dios vino y este no puede faltar en la mesa de los creyentes suicidas. El vino es espíritu y no liquido como es el agua. El espíritu malo y el bueno no pueden estar juntos. El espíritu del vino y el de Dios son incompatibles y no puede morar dentro de un mismo corazón. Cuando el creyente mete vino en su corazón obliga al Espíritu de Dios a salir de él. Proverbios 23:29-33. Isaías 5:11. 28:7. Habacuc 2:5.
Los alimento sólido y el agua son transformados y van a la sangre que convertidos en energía son una bendición al cuerpo humano en su físico y en su mente. En cambio el vino cuando tomado posesión de las facultades mentales se manifiesta lleno de maldad y se corrompen las buenas costumbres y los buenos sentimientos del hombre. Tomar vino es en sí una perversidad.
El Apóstol Pablo en Romano 1:23, hace referencia a la forma idolátrica de aves, de cuadrúpedos y reptiles. Los paganos que no tuvieron conocimiento del verdadero Dios hacían esto de inclinarse ante estas impías creencias.
No podrán ser salvos aquellos creyentes que mantienen una actitud antagónica hacia la persona del Espíritu Santo. Los que mantienen ciertas reservas o resentimientos hacia la persona del poder y virtud de Dios. Hechos 7:51.
No serán salvos aquellos creyentes que guarden rencores en su corazón y no perdonaron sus ofensas a los hombres. Mateo 6:14,15.
Los creyentes contenciosos y que causan divisiones no serán salvados. El Espíritu Santo en ningún caso ayudara a los tales. Ellos deberán ser ayudados en esta obra destructiva, por Satanás, no por Dios. Tito 3:10.
Los creyentes utilitaristas no serán salvos, son aquellos que han encontrado en el evangelio una industria pecuniaria y que para explotarla y obtener buenas ganancias han suavizado la doctrina de la salvación para obtener así adeptos, éstos son fieles utilitaristas. Tito 1:10,11.
Los creyentes que siendo pentecostales andan bajo el yugo legalista de los Judaizantes, no serán salvos. Los que siendo creyentes y habiendo comenzados hacer salvados por gracia y se han vuelto atrás y han caído de la gracia, no serán salvos. Gálatas 5:1,8.