EL ANDAR DEL CREYENTE.
EL ANDAR DEL CREYENTE.
¿Cómo debe de andar un creyente en su vida diaria, delante de todos y en todas las direcciones?
Si el creyente pertenece ahora un reino divino debe de vivir conforme a ese reino y sus formas de vida. La conducta moral es más importante en los seres humanos que cualquier otra expresión de la sociedad humana.
La humanidad entera está desviada. Romanos 1:18-32. 2:1-16, las tinieblas han cubierto por completo y han hecho división entre el hombre y Dios. Isaías 59:2, el hombre necesita una voz muy fuerte que le hable para hacerlo volver a Dios. Dios quiere que el hombre vuelva, en este regreso el hombre debe reconocer dos cosas:
1.- Reconocer a Dios como soberano y Señor.
2.- Reconocer su condición pecaminosa delante de Dios y arrepentirse de sus rebeliones contra Él.
Para este fin, Dios necesita creyentes que vivan de acuerdo a esos principios éticos que corresponden al reino de Dios y testifiquen del poder y santidad de ese Dios a quien ellos no conocen. Ellos deben saber que es necesario un cambio moral y deben de saber además, que ese cambio en el poder del evangelio de Jesucristo, es posible.
Dios quiera reclutar a ciudadanos para un reino nuevo, y esos ciudadanos tienen que obedecer a esas normas de vida Santa, no forzosamente, si no espontánea y sinceramente en amor a su rey y Señor.
Dios pide perfección en ese andar. Mateo 5:48. Dios pide buena voluntad para andar en sus caminos de santidad. ¿Son posibles estas dos cosas que Dios pide de sus redimidos? ¿Es posible andar exactamente a la altura de lo que Cristo pide para ser grato en este camino?
Cristo pide que sus súbditos sean perfectos. La perfección que Cristo pide es de acuerdo al querer de su Padre que está en los cielos. El apóstol Pablo reafirmando esta misma verdad en Efesios 4:12-16, pone la estatura de Cristo como el ideal de Dios coincidiendo de esta manera con las palabras de Cristo en Mateo 5:48, pese a que el apóstol no había escuchado nunca predicar al Maestro; todavía más, en hebreos 12:14, se establece como regla invariable que sin santidad nadie verá al Señor.
¿Es posible para un pecador lograr la santidad de un Dios absolutamente Santo? ¿Es posible esta perfección que corresponde a un Dios infinito en un ser finito? Responderemos afirmativamente a estas preguntas, basados en la justicia divina y su poder. El hombre no puede, pero Dios puede lograrlo si le permitimos hacerlo.
Decimos que es posible la perfección a nivel divino y fielmente grata a Dios dentro del corazón de los fieles, porque sí Dios la exige significa que es posible. Basados en la justicia de Dios, decimos que él jamás fue injusto en ninguna forma de injusticia. Si Dios exigiera lo que el hombre no puede alcanzar, toda disciplina y castigo eterno sería injusto. Dios no es injusto ni puede cometer ningún tipo de injusticia. Romanos 9:14.
Los redimidos están en la posibilidad de alcanzar la perfección divina exigida para participar de la gloria de un reino perfecto en Cristo. Cristo no
solamente está sentado como un recio legislador para exigir cosas a sus hijos, sino que él mismo es el desechado de su grey, por su ejemplo de comportamiento terrenal viviendo como hombre entre los hombres.
Si Cristo alcanzó la grata perfección divina y lo logró viviendo en la misma condición de nosotros, esto es, humano en todo el sentido de la palabra, igualmente sus hijos pueden alcanzarla. El plan de redención en Cristo previó todo esto de antemano, y sus fieles pueden lograr una perfecta y grata conducta ante Dios.
La buena conducta o como la llama el apóstol Pedro, Santa y piadosa manera de vivir, II Pedro 3:11. O como el apóstol Pablo la llama, olor grato, olor de Cristo a la manera de Dios. Efesios 5:2. Filipenses 4:18. Cristo imparte esa grata fragancia de Dios a sus súbditos en su reino fundado en perfección.
Dios extraerá de la raza humana caída una raza perfecta para Dios. Dios tiene derecho de hacer lo que mejor le parezca con lo suyo. Mateo 20:15. Y esto sin someter a nadie por la fuerza porque él los contrata voluntariamente, Dios mantiene legítimamente su soberanía en justicia invariable en su trato con el hombre y con todos sus seres creados.
Los distintos tribunales que están mencionados en las escrituras en los cuales habrán de juzgarse a los hombres, juzgarán sobre la base del amor, la obediencia del individuo y de las naciones, respecto de su comportamiento hacia Dios y hacia su prójimo, conforme a la regla de Mateo 22:37-39.
El código perfecto estará sobre la mesa de su majestad, Jesucristo el hijo del hombre, y sobre lo que en ese código está exigido a los hombres se jugará a todos sin acepción, ese código se le llama las sagradas escrituras, la misma que tenemos entre nuestras manos cada día, Juan 12:48.
Cristo establece el principio de que sus ovejas oyen su voz y le siguen, Juan 10:27, y le conocen a él, como él las conoce a ellas, Juan 10:14. Con esta alegoría y franca declaración, Cristo establece dos cosas:
- Su señorío sobre su rebaño es sin discusión posible, no un señorío impuesto para nadie, sino espontáneo debido a que sus ovejas le conocen y le aman; en segundo lugar, esas ovejas conservan su dignidad en libertad plena de él.
Las características de las ovejas están en franca oposición con la de los perros, lobos y cerdos y otros ejemplares de la creación que han sido corrompidos en la caída del hombre y que Satanás usa para el mal o simplemente vive en ellos algún espíritu de inmundicia.
Los creyentes cuyo comportamiento no esté exactamente encuadrado dentro del marco de las sagradas escrituras se encontrarán con que la puerta para ellos estará cerrada y no podrán entrar a esa salvación y reino glorioso, donde no entrará ninguna cosa sucia o que hace abominación y mentira. Apocalipsis 21:27.
Los creyentes, cuya conducta no estuvo sometida al querer de Dios y cuya conducta y comportamiento terrenal no fue conforme a la regla escrita en la Biblia, la palabra del bendito, serálanzado a las tinieblas de afuera.
Para un comportamiento agradable a Dios es necesario un cambio y renovación en la mente. Romanos 12:2 es necesario someterse voluntariamente a la obediencia de la voluntad de Dios.
Todo creyente debe; primeramente disponerse aceptar esa vida gloriosa de los hijos de Dios; luego, debe disponerse a revisar su experiencia y ser sincero e integró con Dios y quitar de su vida toda cosa indeseable a Dios, aunque parezca insignificante o inofensiva Dios.
Hay cosas que parecen no ofensivas a la dignidad divina, no porque sean realmente inofensivas a Dios, sino porque él mismo creyente adicto esa práctica lo ve así y que sin embargo pueden ser motivos de perdición eterna.
En esto es conocido el verdadero salvado, en que oye y obedece. En cambio el que alegar en favor de ciertas prácticas, asumen actitudes impropias del Espíritu de Cristo. Testifica por sí mismo que no es un salvado. Los perros en el evangelio son los que ladran y muerden. Son los que pelean entre ellos y muerden a las ovejas. Son aquellos creyentes que ladran y tiran mordiscos al pastor que los amonesta por llevar una conducta licenciosa y por su vivir voluntarioso dentro del camino del evangelio de Cristo. En cambio el que es oveja de Cristo oye su voz y suavemente obedece y se goza cuando se le señala el verdadero camino, porque el ama a su Señor. Juan 10:3,4.
Suelen encontrarse creyentes que aun en sus hogares tienen un altar a ellos y les rinden culto. En esos hogares. Los perros tienen la primera preferencia hay amor, una esmerada atención e intensa devoción a ellos. Se rinde culto a los perros, gatos y aves y después se está en el pulpito rindiendo culto Dios. Siempre se les vera a estos creyentes orando, cantando y predicar la palabra de Dios, y todo esto sin ninguna devoción. Romanos 1:22,23.
Hay muchas formas de conductas dudosas y declaradamente impropias aun salvado debido a la posesión de algún espíritu inmundo en ellos. El espíritu inmundo no deja pensar libre y claramente, el cerebro está turbio y ligado. Todo creyente debe revisar su vivir a la luz de la palabra de Dios. II Corintios 13:5. Según estas palabras de Pablo, solamente los que son desechados de Dios no entienden su mala conducta delante de Dios y de los hombres.
Hay creyentes defectuosos en su manera de vivir en la fe de Cristo, debido a flaquezas de voluntad; otros son infieles por capricho y mala voluntad hacia Dios simplemente. El demonio en el corazón hará que los malos creyentes vean lo blanco como negro y lo bueno como malo, y así viven en el mal, creyendo que están bién, y procuran inducir a otros a hacer lo mismo que ellos. Una característica General en esta clase de creyentes es la falta de paz interior. Salmos 35:20. Isaías 59:8. Juan 14:27.
En una reunión de culto a Dios, en una reunión de oración y dedicación a Dios son superficiales y sin devoción verdadera a Dios, incluso les molesta él muchos celo de Dios en los fieles.
Los frutos de arrepentimiento deben ser producidos por el creyente en su nueva naturaleza, y los frutos del Espíritu son producidos por él mismo Espíritu presente y llenando el corazón del creyente. Mateo 3:8. Gálatas 5:22.
Los frutos de arrepentimiento los produce el creyente en el Espíritu, mientras que los frutos del Espíritu, los produce el Espíritu en el creyente. Esto es el creyente viviendo en el Espíritu y el Espíritu viviendo en el creyente.
Los frutos de arrepentimiento los produce la salvación, los frutos del Espíritu en el creyente los produce el Espíritu por su lleneza. Luego, los frutos de arrepentimiento están en la capacidad de todo salvado, mientras que los frutos del Espíritu sólo el Espíritu Santo puede producirlos.
Ambos frutos son un racimo divino y visible al mundo. Podemos decir que cada fruto en sí es una letra del abecedario de Dios. Cada fruto se puede comparar a un renglón en la carta leída de los hombres. II Corintios 3:2, la vida de los salvados.
El racimo de frutos de arrepentimiento comienza con el nuevo nacimiento, justificación, santificación, regeneración de todo el ser, mente nueva, etc. De la misma manera los frutos del Espíritu comienzan con el amor a Dios y también a los Hermanos. Racimo divino es este, dulce cantar de Dios dentro del corazón, cantar silencioso, cantar celeste a la faz del mundo, onda celeste de la luz dicha y fortaleza.
El apóstol Pablo se sintió todopoderoso en esta inundación, Filipenses 4:13, gustó el indecible placer de los redimidos, cantando por él en I Corintios 13:1-13, y también cantado por el sabio salomón en el cantar de los cantares.
La fidelidad de Dios es el más grato e indecible idilio de amor divino entre el creyente y su Dios. La fidelidad es un placer a los fieles, es un disgusto a los infieles y ofensiva a Satanás. La fidelidad es grata a Dios, es dicha de los fieles y bendición a los hombres.
Mencionaremos alguna de las cosas de las muchas que dicen las escrituras de los verdaderos, íntegros y fieles salvados: los salvados esperan en Dios. Génesis 49:18. No estarán turbados. Salmo 42:5. 118:4. Testifican diariamente de su salvación. I crónicas 16:23. Salmo 40:10. El verdadero creyente es atacado por Satanás, y los enemigos de Dios. Salmo 3:2. Tiene vanguardia y retaguardia de salvación. Isaías 26:1,3. 58:8. El verdadero salvado tiene luz y seguridad espiritual. Salmo 27:1. Tienen todos los salvados un defensor invisible. Salmo 35:3. En el tiempo de la angustia hallan fortaleza. Salmo 37:39. El salvado reconoce a Dios como rey. Salmo 44:4. El salvado clama Dios con humildad salmo 85:7. Se goza en qué otros conozcan a Dios. Salmo 98:2,3.
Con vestiduras Santas y voz de júbilo vive en la hermosura. Salmo 132:16. Procura más y más asegurarte de Dios. Isaías 12:2. Guarda derecho en justicia y no hace violencia. Isaías 65:1.60:18. Los verdaderos salvados se purifican en la doctrina verdadera. Job 11:4. Salmo 119:140. Su oración es pura. Job 16:17. Es puro de corazón y limpio de manos. Salmo 24:4. El salvado es escogido y purificado en horno de fuego. Isaías 48:10. Los salvados son limpios de suspicacias. Filipenses 4:8. I Timoteo 5:22. Tito 1:15. El creyente es purificado en la sangre de Cristo. Hebreos 1:3. 9:14. 10:22.
La oración de los redimidos. El Padre escuchara la oración de los que tienen puestas su confianza en Cristo. I Juan 5:13,15. Mateo 6:9. Juan 16:23. 17:1,5. 11:23. Jesús mismo oraba a su Padre y ordenó a sus fieles que oren dirigiéndose a Dios el Padre. Mateo 6:9. Lucas 11:13.
El creyente redimido debe de imitar a su Señor y Salvador en su vida devocional. Cristo hizo de la oración parte de su diario vivir.
La devoción real e intensa de Cristo tuvo trascendencias eternas. Hebreos 5:7. ¿En qué tiempo oraba Jesús? El, oraba en la noche hasta la amanecida. Lucas 6:12. Muy de mañana estaba orando. Marcos 1:35. Jesús oraba en la hora de su bautismo. Lucas 3:21. Jesús oraba antes de algún acontecimiento importante de su vida y ministerio. Mateo 14:23. Juan 6:15. Jesús oró para recibir fuerzas renovadas. Lucas 9:18.
Jesús oró antes de comer. Lucas 24: 30,31. Jesús se apartaba a orar en lugares solitarios. Lucas 9:18. Jesús oró en medio de la multitud. Mateo 14:19.
¿Por quiénes oró Jesús? Se mencionan algunas oraciones por quienes intercedió durante su ministerio terrenal.
Jesús oro en favor de los suyos. Juan 17:9,20. 14:16. El continúa su ministerio de intercesión en favor de los suyos. Hebreos 7:25. I Juan 2:1. Jesús oro en favor de Pedro para que su fe no falte. Lucas22:32. Jesús oro por sus enemigos estando en la hora más difícil de su vida. Lucas 23:34. Oró para que el nombre de su Padre sea santificado. Mateo 6:9. Juan 12:28. Jesús enseñó expresamente a sus discípulos a santificar el nombre de su Padre, y a tenerlo en primera honra en todas las cosas de nuestra vida cristiana.
¿Cómo oro Jesús? Jesús oró para la gloria de Dios. Juan 17:1. Esta es la manera de elevar nuestras preces para ser oído de Dios. Santiago 4:3. Mateo 6:9.
Jesús oró en completa sumisión a la voluntad de su Padre. Mateo 26:42. Jesús oró arrodillado. Lucas22:41. Jesús oró con su rostro postrado en tierra. Mateo 26:39. Marcos 14:35. Jesús oro también de pie. Lucas 3:21. Jesús oro con sus ojos abiertos mirando al cielo. Mateo 14:19. Juan 17:1. Jesús oro con intensa solemnidad. Lucas 22:44. Oró con fuerte clamor y lágrimas hebreos 5:7. (Romanos 8:26). Jesús oró mucho, toda la noche. Lucas 6:12. Jesús oró importunamente tres veces por la misma cosa. Mateo 26:44. Jesús oró dando gracias a su Padre por aquellas cosas que todavía no había recibido. Juan 11:41,42. Filipenses 4:6.
La vida de un salvado es conocida por su devoción profunda y sincera. El creyente orara, creerá y vivirá en una vida de profunda fe y completa devoción. Todo debe hacerse con devoción verdadera a Dios.
La verdadera devoción del salvado es conocida no solamente en la hora de la oración formalista ante los hombres, si no en la vida privada y en toda conversación en la vida diaria. El vocabulario y los pensamientos expresados en las conversaciones ante los demás, debe acusar el espíritu del salvado.
El propósito de la salvación es la glorificación del Nombre. El nombre de Dios debe ser glorificado con toda devoción en toda conversación. El creyente que en la casa de Dios no sabe tener devoción, respeto y temor al gran nombre, ¿cómo podrá tenerlo afuera?
El apostolado que cumplen los salvados es; dar a conocer al mundo el plan de salvación y al Dios que nos redimió en Jesucristo su amado hijo. Los salvados deben mostrar a un mundo que se debate sumergido en pecados y miserias, esa salvación tan sublime. Y sí la vida de los redimidos es defectuosa y mundana, así será la salvación que anunciará al mundo y el mundo verá una imagen deformada de Dios.
La confianza de los redimidos. Los amados de Jehová habitarán confiados cerca de él. Deuteronomio 33:12. II Samuel 22:3. Job 11:18. Dios no desampara al que confía en El.
Ni serán avergonzados. Salmo 25:3,2. 21:7. Los redimidos confían en Dios más que en los recursos materiales. Salmo 20:7. La confianza en Dios produce grande gozo. Salmo 13:4-6. 34:8.40:4. Jehová es la confianza del justo y él lo librara de quedar preso. Proverbios 3:26. El creyente que confía en Jehová prosperará y será exaltado. Proverbios 28:25. 29:26,25.
Ninguna religión puede dar a sus fieles lo que el evangelio verdadero da a sus creyentes en la salvación. Sin contar los múltiples beneficios que la salvación otorga a sus fieles en la vida presente, ella lo establece más allá de la tumba en dicha eternal. La confianza de los creyentes tiene trascendencia eterna. Dios premia la fe puesta en El con la vida eterna.
Ninguna religión tiene un Dios que está presente con los suyos, que es misericordioso que sabe todas las cosas, que es justo y fiel hacia los que le sirven como el Dios de los creyentes pentecostales. El Dios de la Biblia es el único creador y sostenedor de la creación. El Dios de la Biblia es el único que vive y se identifica con sus fieles.
La alabanza de los redimidos.
Los redimidos alaban a Dios. Los redimidos son los únicos que cantan una experiencia, la más gloriosa e indecible que se pueda imaginar.
El verdadero salvado canta con su voz porque el corazón le obliga a ello. El himno de redención comienza con el nuevo nacimiento y sigue hasta la eternidad. El himnario de los verdaderos salvados está en la salvación. El cantar del verdadero salvado es inspirado desde lo profundo del corazón por una experiencia. La canción del verdadero hijo de Dios es gozo con melodía. Es gozo inefable y glorioso. I Pedro 1:8.
Si atendemos el significado del cantar de otras religiones, hallamos que son simples y superficiales palabras que no tienen en sí nada sólido para una experiencia sobrenatural.
En cambio el verdadero salvado canta su propia experiencia, su pasada desdichada y su andar de gozo y su seguridad en Cristo. El salvado canta sus triunfos, canta su victoria final y canta con una esperanza cierta, basado en una experiencia cierta. El salvado canta para su Dios, cantar para sí mismo y canta para su prójimo.
El verdadero salvado canta sólo y canta entre sus Hermanos de esperanza, canta con los ángeles y canta con la creación. Canta en silencio y canta en voz audible, canta en la noche y canta en el día. Canta cuando todo anda bien y cuando todo anda mal. Canta en la pobreza y también en la abundancia. Canta en el hogar y canta también en la cárcel. El creyente canta en la iglesia y canta también en el profano caminar. En las alturas cantará su canción y en el valle se gozará con El. Salmo 43:1-5. 47:6,7. Hechos 16:25.
El verdadero salvado canta cuando nace y canta cuando muere, canta mientras vive y canta después de muerto porque los salvados nunca mueren y su canción vive eternamente con ellos. Salmo 104:33. 149:5. Isaías 26:19.
El cantar de los redimidos va más allá de la mente y de las emociones del corazón y así puede cantar cuando entiende y cuando no entiende. Puede cantar el letrado con él no letrado, puede cantar el rey como el plebeyo, cantará el rico y también aquel desposeído de bienes.
Los salvados cantan en el hogar, en la iglesia y por las calles. Donde hay un salvado habrá también una canción y donde hay salvación hay un cantar. Cantará la Madre en la ausencia del hijo cantara la viuda y el huérfano igualmente. La nostalgia del cielo canta en el salvado, canción de esperanza y luz.
El amor de salvación vino del cielo y con el amor de salvación vino el cantar, porque el cantar es amor y el amor es cantar, porque el amor no sabe hablar, pero sabe amar. Dios nos amó y nos dio una canción y esa canción sabe hablar, en la canción de la salvación, es canción de amor, de amor de Dios en la salvación de Dios.
Cantamos a Dios, cantamos su amor, amor de salvación, amor más fuerte que aquello temido, la muerte. El cantar quite el temor y la muerte es un placer, es un dormir y un despertar sin dejar de cantar. El cantar acerca la eternidad y el tiempo, es un olvido en el vivir verdadero, es la salvación. Romanos 8:35-39. I Juan 4:18.
El bebé de Dios no sabe hablar, pero sabe cantar, su cantar es el Abba Padre, grato y dulce a los oídos de Dios. El cantar de salvación conmueve a Dios, y nos inunda y nos llena de su amor y cantamos canción a Dios. Canción de salvación. Dios entiende al elocuente y al tartamudo y así ambos cantan.
El cantar es el balbuceo del amor, porque el amor trae salvación y la salvación trae un cantar en sus alas, alas del divino amor. Dios es amor y su amor es canción, su canción es salvación y su salvación es amor.
En el libro de los salmos vemos al creyente verdadero desde afuera y lo vemos cantando a solas, en la iglesia, por el mundo, en el hogar, sobre la cama; lo vemos, de pie y postrado, pero siempre cantando. Lo vemos que canta riendo, llorando y huyendo, pero el hilo de su cantar no se corta. Su cantar sube hasta el mismo cielo.
En el libro del cantar de los cantares vemos al salvado en su cantar por dentro, cuyo lenguaje y poesía es amor, amor y nada más, este lenguaje no lo entiende el profano, porque es diálogo de amor, y el amor no lo entiende nadie, porque es idioma imaginario del cielo, del corazón de Dios, cuyo intérprete es el Espíritu Santo. Diálogo sublime, diálogo de amor, por lo tanto de salvación.
En las sagradas escrituras se hace mención a dos formas de cantar a Dios. Con el entendimiento y en el espíritu I Corintios 14:15. El creyente canta Dios en pleno dominio de sí mismo, pero, el Espíritu Santo toma el espíritu del creyente y lo eleva en una canción sublime del espíritu. Este canto puede ser en suave cantar o en voz fuerte. Puede ser en lengua conocida o desconocida, en lenguas terrenales o angelicales. El Espíritu hace como él quiere. I Corintios 12:11. 14:26.
La adoración de los redimidos. Juan 4:20-24.
La adoración de los salvados debe ser conforme al querer de Dios y no conforme a modelos trazados por el hombre. Dios pide adoración de sus fieles. Él anda buscando verdaderos adoradores y ese es el propósito de la redención obrada en Cristo, reclutar creyentes que adoraran en espíritu y en verdad.
La adoración a su creador es la finalidad más alta de la creación. Si una sola partícula del universo dejará de tributar alabanza y adoración a Dios, faltaría a su propósito de creación. Salmo 19:1-4
La adoración y alabanza a Dios, es el objeto que tiene en vista y anhela la deidad, sobre todas sus criaturas.
En la salvación del hombre, Dios logró las más puras y verdaderas alabanzas y la auténtica adoración. Dios busca adoradores entre sus redimidos. La redención tiene esa alta y sublime finalidad, cuál es el de adorara Dios.
Cuando los salvados se reúnen en culto a Dios deben de considerar los siguientes principios: La palabra de Dios establece que Él está buscando adoradores que adoren de verdad y en espíritu. Deducimos de estás palabras de Cristo que un culto donde se reúnen los fieles debe ser la adoración la cosa más importante ofrecida a Dios. Deducimos de este mismo hecho, que si los creyentes estuvieron reunidos y no adoraron de verdad a su Dios todo fue perdido.
En un culto donde se reúnen los salvados no es la predicación lo más importante de la reunión, si no la adoración. La predicación es dada del hombre para los hombres y la adoración es directamente para Dios, por mandato directo de Cristo. La predicación beneficia a los creyentes y la adoración beneficia Dios.
La mejor manera de oír una predicación, es en el espíritu de adoración. Cuando se ha adorado bien, se escuchará bien y la predicación llegará con gracia y unción al corazón. De la mima manera, la mejor forma de predicación es del que adoró bien primero y esa predicación tendrá gracia del cielo y poder.
La Biblia en sí y su lectura es importante pero más importante es la adoración. Ella es la palabra de Dios para el hombre. Pero la adoración es la palabra del hombre para Dios, no porque el hombre tenga algo propio que ofrecerle, sino porque la verdadera adoración es en el Espíritu del Señor, tal como el mismo Cristo lo enseñó. Juan 4:23,24. I Corintios 12:3. 14:15.
La lectura bíblica, la meditación y el estudio, no será de gran provecho ni agradable a Dios si primero no hemos aprendido a adorar al autor de ella. Si ella nos manda y nos enseña cómo debemos adorar a Dios y no lo estamos haciendo, seremos acusados por ella misma de falsos creyentes. Lo primero que ella nos enseña es que debemos reconocerle a él como Señor y si le hemos reconocido como tal, entonces postrémonos con verdadera adoración y sincera devoción en sinceridad y verdad.
El canto no es más importante que la adoración. La adoración es más importante que cantar himnos en un culto, si cantamos sin adorar bien, será en vano el cantar y no llegará al corazón de Dios porque no estamos en su verdadera voluntad, porque su voluntad es que le adoremos en espíritu y en verdad.
No está el Señor buscando buenos cantores ni buenos predicadores, ni está buscando hombres de capacidades extraordinarias, en el ejercicio de la religión, Dios busca adoradores verdaderos, porque para falsos adoradores estos están por todo el mundo.
Hay muchas clases de falsos adoradores, pero los verdaderos son una sola clase. Son aquellos que han nacido de nuevo y han lavado sus ropas en la sangre del cordero. Estos aman a su Señor y lo adoran. Ellos adoran amando y le cantan adorando.
Hay quienes adoran a Dios a través de otros mediadores que no son el verdadero, Cristo, tal adoración es falsa y ofensiva Dios. Hay creyentes que adoran mal y por lo tanto su adoración también es falsa y serán desechados como impíos. Ninguna adoración, alabanza o veneración que se tributa a Dios es aceptada si no está conforme a su voluntad soberana y no podemos cambiarla.
Cristo, enseñó explícitamente y exactamente este camino en la oración modelo, el Padre no aceptará otro modelo. Lo primero en la oración modelo es llamar a Dios Padre, luego, la veneración de su Gran Nombre. Tercero es el hacer su voluntad. Estos son los pilares de la verdadera oración. ¿Cómo podemos llegar a cumplir estos tres requisitos y orar como Dios quiere? Mateo 6:9,10.
La respuesta que daremos es positiva cien por ciento. Primero, es necesario haber nacido en la familia de Dios para llamarle Padre con toda propiedad. Es impropio llamarle a él, Padre si no lo es. Dios tiene hijos legítimos y no bastardos. El nuevo nacimiento es una experiencia real y no debe ser pasada por alto. Si no damos importancia a esta doctrina enseñada por Cristo, estamos menospreciando su palabra y estamos edificando sin poner primero el fundamento. Juan 1:12,13.
Equivale a edificar sobre arena movedizas. Un edificio tan alto, tan ancho y tan profundo debe llevar un fundamento sólido, y debemos de llamar para ello, al más Excelso arquitecto, el mismo que estructuró el universo y sus leyes por las cuales se rige desde la eternidad sin sufrir desequilibrio y permanece inamovible. Si lo llamamos a él, nos conducirá hasta la roca donde edifican los sabios y nos dará los mejores materiales para edificar encima. Mateo 7:24-29
Segundo, ¿Cómo podremos santificar el nombre de Dios si no lo amamos? ¿Cómo podremos santificar el nombre de Dios si todavía andamos con el mundo? ¿Cómo podemos santificar su Santo nombre, sí estamos todavía en la carne?, porque ella se opone y no prestará su concurso para que se rinda tributo al que la condenó en la cruz. Romanos 8:7. Gálatas 5:17.
Santificar su nombre incluye mayormente amarlo, sentir celo por su glorificación y honrarle con las palabras y con los hechos. Esto debe hacerse en secreto y privadamente. Cuando estamos solos con él debemos amarle y en santa contemplación adorar su santísimo nombre.
Tercero, debemos someter nuestra voluntad a la de él, hasta el punto que sea grata a nuestro corazón la obediencia. Hasta que sintamos que la voluntad de Dios es agradable y perfecta. Si no amamos su nombre, si no le amamos a él, si no le hemos conocido y ni hemos nacido de nuevo como está trazado, ¿qué se debe hacer para ser salvó? Juan 3:5 I Corintios 16:22.
Nuestra voluntad debe ser sometida hasta que podamos decir, sus mandamientos no son penosos I Juan 5:3. Nuestra voluntad debe ser sometida a la de él hasta el grado que si un niño nos amonesta indicándonos que no estamos cumpliendo en un punto pequeño su voluntad, podamos recapacitar inmediatamente y revisar nuestro proceder para serle agradable al cien por ciento.
El orden de importancia en el ejercicio de la fe de los creyentes en la salvación de Cristo es el siguiente:
1.- Es la adoración
2.- La alabanza
3.- Predicar la palabra
Toda oración sin adoración es también vana. En el mundo y millones de seres humanos que oran, pero entre ellos hay muy pocos que adoran a Dios como él quiere que sea hecho. Es un hecho manifiesto que cada día, a medida que aumenta la religión y los religiosos, son menos los que adoran en verdad a Dios. Nehemías 9:6. Salmo 22:27. 66:4. Job 38:7. Salmo 67:3,5. 148:2. 150:6.-
La creación toda y la salvación, fueron programadas con un propósito definido, cualquiera sea la oposición que se presente. Esta finalidad es la adoración y glorificación de su propio y glorioso Nombre. Los que quieren allegarse al evangelio de Cristo con fines utilitaristas cualesquiera que sean éstos, no saben que están engañados para su propia perdición. La salvación comienza glorificando a Dios y termina glorificando a los creyentes en las regiones celestes en Cristo. No se puede pretender usurpar a Dios la glorificación divina que sólo a él corresponde. Es absurdo pensar que Dios haya programado tan grande salvación para que alguien así presuma el derecho a la glorificación. I Crónicas 16:8, 9, 24, 25, 28,29. Salmo 86:9
La vivencia de los salvados en Cristo. ¿Cómo debe ser la vivencia en la salvación en Cristo? La palabra de Dios traza la línea de comportamiento y el modelo grato, la estatura y calidad del creyente verdaderamente salvado en Cristo. Tenemos esa ideal manera de vivir en los siguientes textos:
Los creyentes entran en la salvación en una actitud de auténtica modestia. La modestia incluye la falta de presunciones personalistas el egoísmo y desinterés total de los bienes materiales y glorias mundanas. Mateo 5:3-5. 18:1-5. 23:10-12.
Los creyentes son valientes para arrostrar toda tribulación, persecución u otras dificultades propias del vivir en este mundo. Los creyentes con valentía enfrentan la fuerza de las tinieblas del mal de este siglo. Hebreo 5:40-42. 7:58-60.
A los creyentes sé les ve esmeradamente ambiciosos de las riquezas celestiales. Se distinguen por su desinterés en las cosas de esta tierra. Trabajan para atesorar riquezas en el banco de los cielos. Mateo 6:20. Colosenses 2:2. Hechos 11:26.
La misericordia del corazón es una característica del salvado. El salvado vivirá amando a Dios y a su prójimo; el salvado hará misericordia en todo tiempo y a toda persona, incluyendo a sus mismos enemigos. Mateo 5:38-48.